¿Secretos bajo llave? (Mike)

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Mike

¡Maldita sea! porque no me deja en paz, ya hizo su elección, quiero mi vida de vuelta, además no para de enviar mensajes y hacer llamadas que no voy a contestar.

14:05

<< Mike necesitamos hablar, no podemos dejar las cosas como están>>

Claro que si podemos.

14:30

<< Por favor Mike, contesta mis llamadas>>

14:50

<<Sé que estas enfadado, pero por favor responde>>

Enfadado, decepcionado la lista es larga.

14:55

<< Me siento perdida sin ti, te amo>>

No puedo evitar reírme de este último mensaje, es irónico lo que dice.

Apago mi teléfono y lo lanzo al respaldo del auto, se oye un crujido anunciándome que se ha roto.

—Y este es el segundo en la semana—Owen se recuesta en la puerta del copiloto.

—Comprare otro, no es algo de que me tenga que preocupar—cierro mis ojos suspirando.

—Que te enfado para que estés callado.

Victoria es el problema, siempre es el problema.

—No estoy enfadado Owen, solo estoy tenso, necesito un masaje—lo observo, no está muy contento con mi respuesta porque frunce el ceño.

>> Supongo que terminaste de hablar con el entrenador—salgo y rodeo el auto llegando a su lado, agarro las muletas y las lanzo en el asiento trasero.

—Tranquilo fiera, hoy no es el día de lanzar cosas—pone sus manos en mis hombros y me sacude un poco—No me gusta verte en este estado.

— ¿Cuál estado?—Trato de apartarme pero él me lo impide.

—Cansado, enfadado, tu rostro no muestra esa sonrisa burlona, con la que estabas hace una hora, ¿Qué sucedió?—Owen me conoce muy bien hemos sido amigos desde hace mucho, no puedo esconderle nada.

>> ¿Fue Victoria? no es cierto—asiento y miro mis zapatos.

—No hemos vuelto y ni volveremos a tener un relación—aseguro—esta vez es muy diferente, no fueron las discusiones...ella me engaño con un idiota que parece un pingüino en traje y lo peor de todo es que no deja de buscarme, llena mi buzón de mensajes con pura mierda—alboroto mi cabello mostrando mi desesperación y enojo.

—Tenía entendido que ustedes ya no se veían, no después de la última discusión hace unos dos meses.

—Así es, pero hace un mes hablamos sobre nosotros, sobre nuestra relación Owen—me separo bruscamente y golpeo el auto soltando mi frustración—pero solo...mierda porque soy tan ingenuo.

—Hey tranquilo, Mike mírame—Su voz es dura—No eres un ingenuo, solo amaste demasiado, entiendes, no pierdas el control por una persona que no vale nada—me mira a los ojos mientras pronuncia las últimas palabras, esto me reconforta y me despeja un poco, se ríe y pone el brazo alrededor del cuello.

>>Te quiero hermano, golpea mi puerta cada vez que me necesites—Palmea mi espalda y sonríe—ahora quiero que me ayudes a entrar en el asiento de la chatarra.

—No lo llames chatarra, porque nos ha salvado el trasero unas cuantas veces—le ayudo con su pierna teniendo mucho cuidado de no golpear su rodilla.

—Si claro—pone sus ojos en blanco—Esta Chatarra debe ser cambiada lo más pronto posible—intenta cerrar la puerta pero no lo consigue.

—Puede que necesite unos cambios, pero este Mustang lo heredaran mis hijos hermano, así que se quedara por mucho tiempo en nuestras vidas.

Cuando me acomodo de nuevo en mi asiento respiro hondo contando hasta diez, me siento mucho más calmado gracias a Owen.

(...)

Sostengo la puerta del apartamento de Owen, esperando que logre avanzar, tuvimos que pasar por una farmacia para abastecer sus medicamentos para el dolor, está un poco paranoico creyendo que su hermano cambio sus pastillas por hormonas.

—No puedo esperarte toda la vida, tengo cosas que hacer amigo.

—Tu mano puede esperar—Sonríe de forma divertida.

—Porque caminas tan lento, parces una jodida tortuga.

—Guarda silencio idiota.

El hermano menor de Owen, avanza hacia nosotros con una caja de cervezas en la mano, pasa por nuestro lado ignorándonos y se va por el pasillo directo a la habitación de invitados.

— ¿Qué paso entre ustedes?—por fin logra entrar en el apartamento y se tira en el sofá procurando no golpear su rodilla, cierro la puerta de la entrada y ocupo un lugar a su lado.

—El polluelo está enojado—estira sus brazos y bosteza—Es una larga historia que te contare otro día, quiero dormir un poco, por cierto el entrenador quiero verte mañana temprano.

—Joder, ahora que quiere—cierro mis ojos y suspiro—Genial mi día mejora por momentos.

QUARTERBACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora