Capítulo 29

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Hace un par de noches atrás Louis había pasado alrededor de dos horas hablando por celular con Harry, aseguró que fueron las mejores dos horas en mucho tiempo. Sonrió mucho aquella noche, tanto que temió que se le hayan hecho más notorias esas marquitas de expresión en su rostro, de todas maneras, no es como si le importara mucho luego que Harry una noche de series pasó diciéndole lo bonitas que le sentaban.

Ese día se encontraba tirando fuerte de las maletas, y empujando bien la ropa para que pudiera caber toda en una sola.

―Es una locura, Louis. No puedes irte así ―Niall estaba sentado en el borde de la cama, con el ceño fruncido y mordiéndose las uñas.

― ¿Así? ¿Por qué no? ―se acercó por décima vez al armario para seguir acomodando su ropa.

― ¿Y si no está en Australia? ¿Que si ya volvió a donde su empresa?

― ¿Intentas decir que me mintió? ―se volvió ―. ¿Eso dices?

―No ―se golpeó mentalmente ―. Solo quiero que estés completamente seguro que estará ahí. El pasaje no es nada barato como para que apenas llegues ya estés llamando que regresarás en el primer vuelo solo porque tu plan falló.

Louis frunció el ceño molesto.

―No me estás agradando ―aventó la camisa sobre la cama ―. Si no resulta, será muy mi problema, MIO, DE MÍ, DE MI MALDITA PROPIEDAD ―se señaló ―, ¿¡comprendes?!

El beta se recostó sobre la cama ante el grito fuerte y agudo de Louis.

―No te alteres ―hizo un gesto con sus manos ―. Solo quiero que estés bien.

El omega había desaparecido de la habitación, dejando por unos minutos a su amigo antes de volver con una sábana y unas cuantas cosas más que dejó sobre la maleta. Su rostro no se hacía frente a la luz, y eso impedía que el beta pudiera verlo a detalle y analizarlo.

―Voy a estar bien... voy a estar bien. Lo voy a estar ―dijo en un hilo repetidas veces, convenciéndose más asimismo que a su amigo.

Niall ni siquiera se había dado cuenta en qué momento cambió de expresión el omega. Justo ahora Louis tenía un puchero y las manos revueltas sosteniendo una sábana.

―Hey ―el beta se levantó ―. No llores.

Llegó hasta donde Louis y lo atrajó en sus brazos para reconfortarlo.

―Todo este tiempo estuve nervioso, pensando exactamente lo que tú acabas de decir. Y tienes razón, pero quiero hacerlo ―sus manos cubrían el rostro ―. Todo ha estado tan raro que solamente quiero sentirlo cerca para saber que estamos bien.

Niall comprendía muy bien la situación. Esas últimas semanas se había sentado a ser todo oído a las quejas y noticias de Louis sobre Harry, y la verdad él también se sentía nervioso.

―Sólo mantente firme, ¿quieres? ―le besó la frente.

Louis negó.

―Bien, tienes que mantenerte fuerte. Es una orden ―sonrió ―. Una maldita orden ―utilizó el tono que hace unos minutos atrás Louis ―. ¡¿Comprendes?!

―Sí ―Louis rio ―. Está bien. Te odio.

Terminaron de empacar y más de una ocasión Niall le rechisto sobre para qué tanto llevaba en esa cosa de peso de tonelada, a lo que él solo rodó los ojos y le dio un manotazo cuando intentó abrirla para husmear. Pasó a despedirse de su madre, y llamó a Eleanor cuando subió al coche. Niall y Josh lo irían a dejar al aeropuerto. Sonrió un par de veces cuando los vio comportarse demasiado tiernos y no dudó ni un segundo en bullar tal y como Niall lo hacía cada que él estaba con Harry, así que se ganó un dedo medio levantado y una sonrisa sarcástica.

He Is Here| LARRY STYLINSONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora