Padre.

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ChangKyun llegó por la mañana, y sin ningún problema, a la ciudad dónde su abuelo vive, con un par de llamadas perdidas de su padre que cesarón con un 'estoy bien, deja de molestarme' que envió con los dedos temblorosos.

 Aún estaba nublado, pero no había de que preocuparse, no llovería, al menos no hasta dentro de un rato. Tomó sus pertenencias y en cuantó había salido de la estación se sentó en una de las insípidas bancas monótonas y frías hechas de concreto donde tomaría el autobus colectivo, del cual recibió indicaciones para abordarlo y llegar sano y salvo de un amable señor. De igual manera, de su mochila tomó su teléfono y marcó la direción exacta para evitar perderse. Estaría en el portíco de casa de su abuelo en menos de media hora.

Mientras esperaba tranquilamente, con los cabellos despeinados y los ojitos hinchados y un poco de dolor de cuello al dormir pegado a la ventana, un chico alto y delgado, de ojos grandes y ojerosos se sentó a su lado, perezosamente, con un par de audífonos y un cigarrillo encendido entre sus flacuchos dedos, huesudos y largos. 

-Hey.- Saludó con flojera mientras levantaba su cabeza.

-Hey.- Respondió ChangKyun de la misma manera.

-¿Quieres?.- Le tendió el cigarillo. ChangKyun negó con la cabeza. -¿Tal vez en otra ocasión?

-Eso estaría bien.

-¿Te duele mucho?.- Señalo su mallugada y amoratada mejilla con curiosidad después de darle una calada a su cigarrillo.

-Sólo un poco.

-¿Ganaste?.

-¿Perdón?.

-La pelea, ¿la ganaste?.

-Oh, no, yo... ¿esto?, -apuntó a su mejilla. -me lo hizó mi papá.

-Oh, lo siento.

-Nah, esta bien, con suerte no volveré a saber de él en un rato.- El chico delgado asintió.

Hubo un pequeño silencio incómodo entre ambos chicos, uno que se consumía tan lento como el cigarrillo en los dedos del chico. El autobus que ChangKyun debía tomar, arribó justo delante de ellos después de que el chico sacó un segundo cigarrilo, rápidamente tomó sus cosas y se apresuró a subir. Se despidió del chico con un timido signo de paz y con los labios apretados, el chico alto lo imitó con una extraña sonrisa gatuna.

A ChangKyun le dio mucha gracia el hecho de que cuando se sentó el otro chico aún lo veía del otro lado de la ventana con los ojos entrecerrados, atinó a decirle adiós con la mano y el otro volvió a hacer el signo de paz hasta que el autobus empezó a moverse. Un chico curioso.

[...]

Una rato después, una taza humeante de café con leche había sido puesta delante de él, junto a un par de tostadas y fruta picada, todo sobre la mesa del desayunador de una acogedora cocina con muebles de madera y olor a limpia pisos de manzana. Su abuelo estaba sentado en la silla de enfrente con un café negro y una de sus manos reposando en el periódico de esa mañana. No dudó ni un segundo en dejar que su nieto entrara. Con la maleta, con su mochila, con el cardenal que llevaba en la mejilla, lo recibió revolviendo sus cabellos y haciendo que Mei, el ama de llaves, preparara un delicioso desayuno.

Su abuelo sabía que esto pasaría tarde o temprano, ChangKyun al ser una persona amable y pacífica había aguantado demasiado. Intento a ir con una psicóloga para poder aprender algo que hiciera que él y su papá fueran una familia, que se comprendiean un poco mejor, pero sólo resulto peor. Sí, su abuelo estaba muy preocupado por el bienestar tanto físico como emocional de ChangKyun.

I Need Someone  [HyungKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora