El chico que convivía con cadáveres

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Chae HyungWon siempre había sido denso y complicado, siempre le ha costado entender a las personas orbitando a su alrededor, siempre le ha costado saber que palabras decir o no decir para no herir a las personas que aprecia. Las personas siempre le han parecido complicadas, y es que difícil comprender a alguien si no te entiendes a ti mismo.

Sinceramente, prefería interactuar con los fallecidos que llegaban a la funeraria Chae, era más fácil interactuar con una persona que parecía estar dormida. No sé ofenden, no se indignan, no juzgan, no reclaman, no exigen. No son personas complicadas a las que HyungWon debía entender, comprender. Siempre parecen escuchar, no se alarman cuando has hecho algo malo, no maldicen, no golpean, no te gritan.

En cambio, HyungWon podía desahogarse, podía escupir su mierda, podía maldecir, podía gritar y enojarse mientras preparaba un cadáver para su último gran día y antes de que el cuerpo terminase tres metros bajo tierra.

Muchas veces, HyungWon pensó que dormir era mejor. No tendría preocupaciones al dormir, no tendría que desear desaparecer.

Pero no quería más pastillas, no quería intentar con somníferos, con los estúpidos antidepresivos tenía suficiente.

Esos eran sus pensamientos, cuando se sentía estar en un hoyo oscuro, desesperado y sin salida. Cuando KiHyun ya no estaba con él, cuando Jung HoSeok y Min YoonGi se fueron, cuando Seo HyeLyn desapareció. Y fue jodidamente sofocante, como llevar una soga al cuello, su ansiedad lo aplastaba como si fuera un gusano.

Fue horrible.

Fue atroz.

Tiene miedo de caer de nuevo al hoyo.

Tiene pánico de arrastrar a alguien con él.

Lee JooHeon ha sido la única cosa buena que le hubo pasado en todo ese tiempo. Cuando se sentío horriblemente solo se aferró a él. Cuando más necesitaba un amigo, se aferró a JooHeon.

A JooHeon lo conoció en el funeral de la abuela Lee, la familia Chae se encargó de organizar el velorio para la dulce anciana. HyungWon encontró a JooHeon llorando en las escaleras, llorando como si tuviera lagunas en los ojos, las lágrimas brotaban y brotaban. HyungWon pensó que aquel chico podría deshidratarse de tanto llorar.

Fue tanto el dolor que JooHeon sentía que HyungWon terminó llorando con él. Se sentó a su lado en las escaleras y se dejó deshidratar también.

En mucho tiempo nadie se había tomado la molestia de preguntar que le pasaba, por qué lloraba. Y nunca, pero nunca de los nunca, le habían limpiado las lágrimas con la manga de una sudadera.

Se sintió reconfortado por primera vez desde que KiHyun se alejó.

Tampoco es que lo culpara de irse. Aunque al principio había odiado a MinHyuk por querer convertirlo en un ñoño, poco a poco entendió que KiHyun estaría mejor sin él. Y lo comprobó desde el momento en que el par de tórtolos decidieron vivir juntos, desde que ambos comenzaron a trabajar para abrir su propio negocio, y finalmente cuando la cafetería estuvo en pie.

KiHyun mejoró y creció como persona y encontró felicidad.

HyungWon se estanco y se tuvo que aferrar a alguien para ayudarse a salir del hoyo.

No es como que HyungWon no haya encontrado su estabilidad emocional, pero le costó horrores. Desde la rehabilitación hasta el psiquiatra. Desde que sus amigos se apartáran hasta las miradas de descepción que sus padres le dirigían cada que tenía una recaída. Desde herir a JooHeon con cosas que deseo no haber dicho hasta las miradas de lástima que las personas le daban en la calle.

HyungWon ya no se sentía miserable y tampoco se sentía compadecerse de si mismo. Podía ver a KiHyun a los ojos y pedir disculpas por cada vez que fue un imbécil y lo arrastró con él. Podía darle las gracias a MinHyuk por preocuparse por su amigo. Podía abrazar a JooHeon y sentirse importante para alguien.

Pero HyungWon no contaba con la existencia de aquel chico que fumaba como si respirara humo, con el chico que huyó de casa pagando un mísero boleto de autobús. No contaba con que alguien más entraría a su vida y le despertara un extraño sentimiento de no dejar que se convirtiera en lo que HyungWon es. No contaba con la llegada de Im ChangKyun. Es decir, nadie sabía que el viejo Im tuviera un nieto biológico y por eso consentía al sobrino de su mucama, Lee MinHyuk.

Y ahora tenía pánico. Era una inquietante sensación que le impulsaba a pasar tiempo con él, todo el tiempo posible. Pero al mismo tiempo, una sensación de que lo mejor era hacer que se alejase de él, para no mortificarlo, para no herirlo, para no hundirlo en el hoyo. Y se siente muy egoísta por qué también está aferrándose a él.

Pero hay algo más, algo que JooHeon instaló en su cabeza, y le estuvo taladrando el cerebro como si fuera una alarma de peligro.

—Él te gusta, ¿Me equivoco? —Fue lo que dijo después de dejarlo en la cafetería al final de la primer semana de clases.

—No sé de qué hablas, Honey —Respondió HyungWon.

—Oh, vamos, Bro, no puedes mentirle a tu mejor amigo, ¿Te has dado cuenta como lo miras?, en serio, parece que estás viendo al ser más bonito de la existencia.

HyungWon no supo exactamente que contestar por qué se sintió demasiado avergonzado como para hacerlo. No quería admitirlo, no quería pensar en ello.

No quería caer en la realización, todo sería más complicado, y no quería que fuera así, no para ChangKyun, ya había pasado por mucho, empezando por su padre, todo un egoísta hijo de puta. Y tampoco quería que fuera complicado para él, le daba ansiedad pensar que con sus pensamientos o su naturalidad casi autodestructiva pudiera dañarlo.

Pero cayó en la aceptación. De un momento para otro se encontró pensando en él, buscando tiempo para estar con él, para hablar con él por mensaje, acudiendo a él solo por qué sí.

La realización le explotó en la cara y no pudo evitarlo, no cuando ChangKyun era así de lindo con esos hoyuelos y con esos ojitos centelleantes. De verdad, no pudo evitar sentir atracción. Y tal vez, en el fondo, tampoco quiso hacerlo.

I Need Someone  [HyungKyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora