Día 4

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Eran las cuatro de la mañana y yo seguía despierto. Tomé el medicamento que recetó el médico, pero no funcionaba, como se los dije a mis amigos, me sentía con más energía.

Tenía mi computadora sobre mis piernas, tendría que empezar desde cero con Jimin. Me metí en la página web de hace días, en donde había leído como enamorar a un hombre.

Era un artículo muy completo; el primer punto era llamar su atención, sin duda ya tenía la atención de Jimin después de romperle el tobillo en dos. Así que di como hecho ese punto.

El segundo punto era mostrar interés en él, preguntarle cosas sencillas, por ejemplo, como iba su día, cómo estaba, si había hecho la tarea, etc. Yo no era el tipo de persona que hacía ese tipos de preguntas a las personas que iba conociendo, conmigo era fácil, si me caes bien, te hablaré como si nos conociéramos toda la vida, y si me caes mal, ni te volteó a ver.

Jimin me caía mal, era grosero e infantil, pero no podía aplicar mi método con él, ya que tenía que lograr que fuese mi novio.

Al pensar en eso último se me erizaba la piel, ser novio de Jimin era lo último que quería ser en mi vida, no me imaginaba estando con un hombre, y menos con Jimin. De sólo pensarlo se me revolvía el estómago.

Seguí leyendo el artículo, leyendo algunos consejos y advertencias. No debía ser insistente con él, debía verme misterioso para que él ganara interés en mí.

Suspiré una vez más, dejé de lado la laptop y salí de mi habitación para llegar a la cocina y tomar un poco de agua. Toda la casa estaba oscura, era normal, pasaban de las 4 de la mañana, todos dormían.

Tomé un poco de agua y me senté en la barra para comer. Estaba agotado, tenía sueño, pero no podía dormir, ya no sabía que hacer para dormir aunque sea un poco.

Pensaba en cosas tontas mientras balanceaba mis piernas, no tenía cosa mejor que hacer.

Escuché como una puerta se abría y se cerraba en silencio, seguramente era mamá, ella últimamente se está preocupando para que duerma bien.

- Amor, ¿Qué haces despierto?- Me dijo entrando a la cocina.

- Tengo que llegar temprano al colegio- Mentí, no quería preocuparla, en muchas ocasiones se quedó vigilando mi sueño.

Quería que al menos ella durmiera.

- Entonces se te hará tarde- Acarició mi mejilla. Bajé de la barra y me dirigí a mi habitación.

No sabía porque decidí decirle eso de todas las posibles respuestas y mentiras que le pude haber dicho, ahora tendría que ir al colegio una hora antes para que no sospechara sobre mi mentira.

Empecé a arreglarme, me coloqué una camisa holgada negra, unos jeans desgastados y los primeros tenis que logré ver en mi armario. Tomé mi mochila y empecé a meter todas mis cosas que creía necesarias para el colegio.

Me miré al espejo y acomodé un poco mi cabello, no es que me importase verme bien. Caminé hasta la cocina y tomé una manzana, me la llevaré comiendo en el metro.

- Ya me voy, mamá- Le dije dándole un casto beso en su mejilla. - Regreso más tarde- Avisé y ella sólo sonrió.

- Con mucho cuidado, cariño- Mi madre era de esas mamás cariñosas y amorosas, me ponía motes lindos y siempre me abrazaba y besaba la mejilla.

Era una excelente mamá, siempre estaba para mí cuando la necesitaba. Era algún tipo de ángel que siempre me cuidaba.

Salí de la casa y caminé hasta el metro, aún estaba oscuro. Las calles estaban semi-vacias, podría llegar a ser peligroso caminar a esta hora.

☁︎ 20 días ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora