Día 9

17.6K 1.7K 193
                                    

- ¿Otra vez te vas temprano, hijo?- Me cuestionó mi madre justo cuando iba a salir hacia la escuela.

Tenía que ver a Solji. Teníamos que hacer el trabajo de arte juntos y tenía que hacerlo para pasar la maldita materia.

Aunque en el examen me fue bien, y no era para menos, estudié 6 horas seguidas sin comer ni salir de ese cubículo. Bueno, tuve un pequeño receso cuando bajé por los libros de Jimin, pero igual me esforcé demasiado, para que el maldito viejo cambiara de repente su modo de evaluar.

- Sí, mamá. Tengo que hacer un trabajo en equipo- No me agradaba la idea, no me gustaba trabajar en equipo y menos si no era con mis amigos.

- Ve con cuidado- Besó mi frente y me revolvió mi cabello.

Salí de la casa y lo peiné un poco, no quería salir de la casa con un mal aspecto, ya tenía suficiente con mis enormes ojeras.

Caminé con mis manos dentro de los bolsillos de la sudadera que lleva encima. Esta me encantaba ya que era grande y me abrigaba en estas mañanas frías.

Las calles estaban vacías y oscuras, apenas pasaban de las cinco de la mañana, y el frío cada vez se hacía más intenso.

Llegué a la estación y estaba completamente vacía otra vez, pero ahora no me asusté, sólo pensaba en el terrible frío que estaba sintiendo. Mi cuerpo temblaba.

Me senté en una banca y me hice bolita para que tuviera más calor corporal, no sabía si funcionaba o no, pero igual lo hice.

Vi a lo lejos la luz de vagón y me puse de pie, seguramente dentro estaría más caliente. Esperabas de pie mientras seguía temblando, mi labio inferior empezó a temblar.

Se abrió la puerta y entré de inmediato, efectivamente estaba mucho más caliente dentro, dejé de temblar en segundos. Me senté en un lugar vacío alejado de la puerta, ya que cada vez que se abriera entraría una oleada de viento helado.

Saqué mis audífonos y puse un poco de música, el trayecto era el mismo, una hora para llegar al colegio. Quedé de verme con Solji a las 6, así que iba un poco tarde, pero me daba lo mismo.

Cerré mis ojos para intentar dormir un poco, otra vez no pude dormir nada por la noche, asi que no perdía nada intentándolo.

Cuando creí que me estaba quedando dormido vibró mi teléfono, haciendo que despertara por completo. Era una llamada de un número desconocido, no sabía si contestar, lo más seguro es que sólo era para venderme una tarjeta.

¿Cómo le ofrecían una tarjeta de crédito a un estudiante de 18 años?

Nada tenía sentido en la vida.

No contesté y volví a cerrar mis ojos, estaba seguro que eran los del Banco. Ya no pude conciliar el sueño, fueron los mejores 5 minutos que he tenido en la semana.

Me dispuse a mirar el paisaje por las ventanas, no era nada nuevo para mí. Siempre era lo mismo, casa, edificios y pocos parques. Eso era algo que no me gustaba de la ciudad, la poca vegetación en el lugar.

Estaba pensando en que tal vez sería lindo comprar un cactus para mi habitación cuando un chico de cabello rubio, con un enorme yeso en su pie y muletas, entró al vagón.

Quise ponerme de pie para ayudarle a sentarse y que no cayera, pero un estúpido me ganó y Jimin con una sonrisa le agradeció.

A mí nunca me sonreía.

Tenía que hacer que me sonriera.

Estaba temblando, estaba muy poco abrigado, sólo llevaba consigo un suéter bastante delgado que fácilmente el viento frío penetraba. El estúpido que le ayudó ya se había ido a otro lugar.

☁︎ 20 días ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora