☁︎ 20 días ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ

Día 13

No pude dormir nada, y ahora no fue por el insomnio, sino que la información que Hoseok me había dado fue muy dura para mi pobre corazón.

Caminaba hacia la estación del metro, un poco más temprano de lo normal, no tenía ánimos de estar en mi casa, me volvería loco al seguir pensando en ello, pero de igual manera seguía pensando en eso.

No sabía con que cara vería a Jimin después de lo que me dijo Hoseok. O sea, hace un año Jimin estaba enamorado de mí, a tal grado de pedirle a la maestra que me pusiera de pareja con él, ¿Y yo que hice? Lo traté de la mierda.

Estaba tan arrepentido, ahora no sólo bastaba con un "perdón". No. Tenía que incluso besarle los pies si es necesario. Puede que este exagerando, pero yo le gustaba, aunque de igual manera lo hubiese rechazado, no lo hubiese hecho de esa manera, de por si ya me sentía una mierda de persona.

Suspiré cansado y me subí al vagón del metro. Me senté en mi ya habitual asiento y esperé la estación en la que Jimin se subía. Cuando llegamos me puse de pie y me coloqué justo en la puerta. Lo vi con una sonrisa y con sus lentes a media nariz tratando de subir.

Antes de que cerraran la puerta, lo tomé de la cadera y lo metí rápido. Prácticamente cayó en mis brazos. Lo sostuve con fuerza.

- Hola- Lo saludé.

- Hola- Seguía sonriendo. Se estabilizó y se sentó en su lugar, cerca de la puerta. - Ven, siéntate conmigo- Me pidió. Asentí y me dirigí a mi antiguo lugar sólo para tomar mi mochila.

Regresé a él y me senté a su lado. Nos quedamos en silencio, mirando al frente, lo vi de reojo y estaba sonrojado.

Por mi mente vago la idea de que posiblemente aún sintiese algo por mí, pero lo descarté inmediatamente, no creo que después de lo que le hice me siga queriendo de la manera que me dijo Hoseok.

- ¿Por qué tan temprano?- No se me ocurría mejor cosa que decir.

- Tengo que ir a admisión. ¿Tú por qué?- Me volteó a ver, sus mejillas estaban rositas.

- No podía dormir- Levanté mis hombros resignado a mi realidad, el insomnio era algo con que viviría toda mi vida.

- No duermes mucho ¿verdad?- Se escuchó preocupado.

- Sufro insomnio desde los 12 años- Le dije como si fuese lo más normal del mundo. Bajé mi mirada a mis manos, hablar de eso no le agradaba mucho.

- ¿Has tomado algo?

- La pregunta es ¿Qué no he tomado?- Sonreí nervioso. Él me miró con una mueca.

- Intenta dormir ahora- Sonrió. Ese hombre regalaba sonrisas a todo el mundo.

- ¿Cómo me voy a dormir en el metro?- Empecé a reír.

- Así- Dijo y recargó su cabeza en mi hombro. Me sentí cansado otra vez, mi respiración era entrecortada. - Y ya te quedas dormido- Regresó a su posición anterior, acomodó su cabello y levantó sus lentes hasta arriba de su nariz.

- ¿Y cómo se supone voy a recargar mi cabeza en mi hombro?- Quise bromear un poco con él.

- Eres un tonto- Me dio un leve golpe en mi hombro mientras reía. Sonreí. - Recargate en mí- Sus mejillas seguían rojas.

- No podré dormir de igual manera- Le dije mientras recargaba mi cabeza en su hombro.

- Si eres tan negativo no lo harás- Me regañó. - Cierra tus ojos y no pienses en nada- Me susurró.

Le hice caso, cerré mis ojos y despeje mi mente, me sentía tan cómodo, tan relajadado que no le tomé mucha importancia cuando sentí como la cabeza de Jimin se recargaba contra la mía.