Beneficios de la derrota

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Reyna estaba enojada, y tal vez era el hecho de que quería partirle la cara a Frank y hacer que Aurum y Argentum le desfiguran la cara y a mini Frank para que Andrea ya no se lo cogiera.

O tal vez era por qué estaba en la sala de la enfermería del campamento mestizo esperando a que le quitarán un dardo paralizante de la pierna y en el brazo.

O por la forma tan ridículamente absurda en que habían perdido esa noche.

Aunque no todo era mal saben, la ventaja de tener el cuerpo paralizado era que podías ver a la chica que te gusta verificar si no tenias heridas, y para fortuna de la pretora esa chica era Tania, y claro que también podía ver sus hermosos ojos verdes examinarla. Aunque tal vez la mejor parte de todo aquello era que podía verla sin necesidad de ser discreta, ya que en el supuesto caso que la azabache le fuera a preguntar el motivo por el cual la romana la observaba, podia argumentar que estaba paralizada y que no podía mirar hacia otro lado.

Y no estaría diciendo una mentira en su totalidad, ya que desde que vio a la muchacha por primera vez en el campus de la universidad de nueva roma, no había podido dejar de mirarla. 

No sabia el por que con certeza, es decir, no es como si fuera la primera ves que le gustaba alguien, ya fuera  chico o chica, solo que por alguna razón que desconocía ella era diferente, la hacia sentir diferente.

Tania era una chica inteligente, audaz, extrovertida, divertida y confiable. Estudiaba dos carreras en la universidad, Medicina y arquitectura (y ni siquiera sabia como hacia para que le diera tiempo de estudiar ya que ambas carreras eran muy sacrificadas por lo que sabia) y ademas quería estudiar "Ingeniería Ambiental Marítima" cuando acabara medicina.

Si, definitivamente ella era especial.

Sabes, si tanto te gusta verme, te puedo regalar una foto, esa te duraría más-  pronuncio finalmente la griega, Reyna aplico la estrategia "no se de que me hablas" y le dijo -Bueno, pues si no querías que te mirara tan fijamente mientras curabas mis heridas, pudiste no haberme clavado esa maldita flecha en mi trasero- la de ojos verdes finalmente fijo su vista en los ojos de la pretora -Si bueno, si tu y tu magnifico trasero no anduviera por mi campamento intentado robar mi bandera eso no hubiera sucedido cariño- Reyna quiso poner los ojos en blanco cuando Tania le guiño un ojo en clara señal de burla -Perfecto, ahora te ríes de mi, esta bien pero esta me la pagaras cara- Tania se río y negó con la cabeza -Si no estuvieras ahí acostada sin poder moverte, igual y me tomaría tus amenazas más en serio- y ante este comentario la romana viró sus ojos.

Se quedaron así durante un buen rato. Para fortuna de Reyna, Nico le había pedido a Will que le diese una habitación privada y que dejase a la media hermana de Percy atender las heridas de ella,  de no haber sido así es bastante probable que no estuviera tan tranquila como lo estaba en ese momento.

Suspiró cansada al tiempo que cerraba los ojos, estaba cansada y su orgullo estaba herido, bueno más que herido sentía que este había sido robado junto con la bandera de su campamento. 

Abrió los ojos a tiempo para ver como Tania la miraba con una sonrisa de disculpa y le acarició una mejilla, acto que sorprendió a la latina, de no haber sido por su parálisis era bastante probable que hubiera saltado sobre su lugar -Descansa Rey, tendrás la oportunidad de recuperar tu orgullo en el siguiente juego, es más, te dejaré clavarme una flecha en el trasero para igualarnos cuando puedas moverte otra vez. Apenas termino la frase, se inclinó para darle un beso en la frente y salio de la habitación, dejando a la hija de Bellona sola y pensativa.

Y entonces ella, en la soledad del cuarto de la enfermería del campamento griego, se permitió sonreír como la tonta enamorada que en realidad era, incluso lanzo un suave grito de emoción.

Pero dicha emoción se desvaneció apenas recordó lo que había sucedido el día de hoy, y no hablaba solamente del captura de bandera más humillante que alguna vez había tenido como pretora, hablaba del asunto de Hazel. 

Una sonrisa triste cruzó por sus labios al pensar en su amiga. Hazel amaba a Frank, ella era testigo de eso, y hasta el momento pensó que su mano derecha correspondía con igual intensidad los sentimientos de la hija de Plutón, pero para desgracia de todos, por lo visto se había equivocado.

Mentiría si dijera que no se sentía decepcionada, después de todo ella misma había visto como ese amor florecía, incluso alguna ocasión había visto a Frank en joyerías, viendo con peculiar atención la distinta variedad de anillos de estas. Había pensado, por supuesto que su compañero pensaba en finalmente pedirle matrimonio a su novia. Pero una vez más se había equivocado.

Miró hacia la ventana lo mejor que su rígido cuerpo le permitió, la noche era pacifica y bella, y una hermosa luna llena iluminaba el campamento, haciéndola sentir de alguna manera nostálgica. Si bien quería empalar a Frank con la lanza más cercana que encontrara, sabia que aquella no era del todo su batalla ni la de ninguno de sus amigos. Este era un problema de pareja y ellos debían de resolverlo, ya fue que Hazel decidiera perdonar a su novio o que sin más remedio decidieran separar sus caminos.

Miro a la luna, y pensó en Tania mientras el sueño finalmente se apoderaba de su cuerpo.

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Han pasado 64 años :"v


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