lo tuve todo y luego nada de ti.

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Buenas noches queridos lectores, la Reina Cotilla aquí, su única fuente confiable de la escandalosa vida de la élite de la gran manzana, ustedes saben que los hijos e hijas de mami y papi aman las fiestas ¿Cuántas pueden hacer por semana? mínimo l...

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Buenas noches queridos lectores, la Reina Cotilla aquí, su única fuente confiable de la escandalosa vida de la élite de la gran manzana, ustedes saben que los hijos e hijas de mami y papi aman las fiestas ¿Cuántas pueden hacer por semana? mínimo la ley del Upper East Side dice que dos, es algo pactado, y bueno, ¿Conocen lo que significa pacta sunt servanda? si no es así les dejo de tarea que los busquen, por ahora, lo único que tienen que saber es que la velada, hoy, se pasa en la casa Wolfhard y todos sabemos que eso solo puede significar una cosa: resaca mañana por la mañana. 

¿Qué actos paganos esconderá esa mansión dentro de sus puertas? 

Déjenme a mí la tarea de contarles...










Su casa está abarrotada de gente, desde el primer piso hasta la azotea, parece una locura, pero siempre es divertido cambiar la rutina e invitar a más gente de la que se espera, no solo los "recatados" de sus compañeros del colegio que aunque saben divertirse no conocen lo que es llegar al límite, a un final de cuentas le dijo a la gente de su banda, a los amigos de los clubes, a su dealer y clientes, todo el mundo está ahí, tanto que no hay manera de encontrar un lugar tranquilo en ese tumulto, pero lo prefiere así, prefiere rodearse de tanto ruido que sus pensamientos nunca lleguen a ser escuchados, de esta manera, no puede recordar el sonido que hace la voz de su padre al gritarle que es un mediocre, y con tantos individuos a su alrededor no logra ni siquiera encontrar a sus amigos, pero está bien, de alguna manera llega a hacer nuevos, y siempre es bueno encontrarse con gente diferente, uno nunca sabe cuando será que lo traicionen, y que lo diga él. 

— Excelente fiesta, hermano. — le grita un desconocido mientras se acomoda cerca de la mesa con los tragos y se sirve un vaso de whiskey, el pelinegro ni siquiera se toma la molestia de saludarlo de vuelta, solo asiente y sale de la cocina, le parece curioso cómo es que al llenar su casa de gente, todos quieran pretender que lo conocen muy bien, cuando en realidad la única persona que verdaderamente lo hace no ha venido esa noche.

Ni ninguna otra, Finn sabe que aunque pasen años y años, Millie nunca pondría un pie en su casa, así que no ha perdido el tiempo invitándola, menos a un evento como ese, pero a quien sí le ha dicho y ha esperado ver toda la noche es a su mejor amigo, que si bien han tenido un altercado hacía unos días, ya habían ignorado lo pasado y vuelto a la complicidad de antes, y aún así no está ahí. Se le revuelven las entrañas de solo pensar en que puedan estar juntos, de que no haya venido a mostrar su lealtad solo para clavarle un puñal en la espalda y ese es el momento en el que lo único que quiere es sacar a todos de ahí y comenzar a patear todo a su alrededor, porque no tolera pensar en que aquella castaña, suya por derecho, pueda estar en los brazos de otro, y que ese otro sea su puto mejor amigo.

La Reina Cotilla; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora