Dos

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-Así que... todos son famosos -pregunto haciendo comillas con mis manos ante la última palabra. Todos los chicos de la habitación sonríen y me encuentro a mi misma con un dolor de cabeza.

Taylor, Nash, Carter, Cameron y Matt son los únicos nombres que puedo recordar por el momento. Repaso en mi cabeza sus nombres. Antes solo habían unos cuantos en la habitación, pero ahora que Carter los llamó para que me conocieran, hay por lo menos 10.

-Tú eres... -digo señalando a un chico parecido a Nash, hermanos obviamente- Hayes -recuerdo rápidamente a lo que él sonríe en aprobación.

A los 20 minutos ya soy capaz recordar todos sus nombres. Las 8 de la noche marca mi reloj. Mi madre llega a las 8:15 a casa siempre.- Um, tengo que irme -digo en voz alta para que me oigan. Carter es el único que lo hace- Chicos, Jordan quiere irse -al segundo se escuchan quejidos y reclamos en la habitación.- Mi madre va a matarme -digo encogiéndome de hombros.- ¿Te acompaño? -esta dulce voz que reconozco como la de Matt pregunta. Estoy por decir que no, cuando él ya está parado en la puerta. Me despido de todos los chicos, prometiendo venir después de la escuela mañana.

Todo está oscuro en el trayecto a mi casa. Matt está callado y quiero romper el silencio, pero no sé qué decir. Mi boca suelta lo primero que se le ocurre.- Unas chicas de mi escuela gustan de ti -Matt ríe y se rasca la nuca. Tengo que ver hacia arriba porque nuestra diferencia de estatura es increíblemente notable.- Perdón por no querer darte la mano, ¿si? pensé que ya me conocías, y que eras busca fama como la mayoría -dice viendo al lado contrario al mío.- No hay problema, en realidad si te conocía, pero por estas chicas que te dije -digo y él ríe.

-Es acá -señalo la pequeña casa en medio de todos los palacios del vecindario.

-Dame tu número -él rápidamente saca su celular y me lo entrega, tecleo el número cuando veo unas luces de auto acercarse... mamá. Se lo entrego, me despido y salgo corriendo a la velocidad de la luz. Dylan no está en casa, y mamá entra al segundo que llego a mi cuarto.

-Hola mamá -digo pero no obtengo respuesta. Oh.- ¿Ya llegó Dylan? -es todo lo que pregunta cuando me ve.- No -digo seca.- No me hables en ese tono Jordan -ella responde y ruedo los ojos, lo cual ella se da cuenta y me tira de la cola de caballo hacia atrás. Ahí vamos otra vez.

-Más respeto, y no llores -dice después de todo lo que me ha dicho y como me ha insultado, las lágrimas no paran de salir de mis ojos. Este día es un claro ejemplo que no puedo tener un solo día feliz y tranquilo. Entro a mi cuarto, cierro con llave y me meto entre mis sábanas a llorar. Toco mi muslo, y siento las cicatrices casi curadas. Las ganas me matan, así que me levanto de la cama y entre mis cosas busco una sacapuntas. Con los dedos temblorosos y mojados por las lágrimas logro sacar el pequeño tornillo. La navajita cae al suelo y me agacho a recogerla.

La pongo en la piel de mi muslo y la deslizo en la misma. Arde como el infierno, pero es una sensación mejor que la que siento en mi pecho. Lágrimas caen y viejas heridas se abren.

Limpio mis ojos con mi mano, preparada para las malditas ojeras que tendré mañana.

Para variar, no consigo conciliar el sueño. Las dos de la mañana llegan y mis ojos se sienten pesados, pero no me duermo, simplemente no puedo. A las 3 siento como mis ojos se cierran y me sumerjo en un sueño de 2 horas y media.

Nuevamente empiza mi día, me levanto, me baño, me visto y me voy de mi casa con mi madre.

-Sabes que algún día vas a agradecerme todo esto -ella sigue con el tema de anoche. Muerdo mi mejilla por dentro.- Quizás en mi carta de suicidio -digo en un apenas audible susurro.

Me bajo del auto enfrente de la escuela. Mi primera clase este día es literatura. Por lo menos algo que me gusta. Voy por mis cosas a mi casillero, y llego al salón diez minutos antes. Me dedico a rascar el esmalte de mis dedos cuando siento en mi bolsillo un mensaje.

"¿Te recojo en la escuela hoy? :) -Matt" mi pulso se acelera y mis manos sudan. Me muerdo la uña pensando que responder. Estoy por hacerlo cuando la profesora Jenn entra, seguida de todas las demás estudiantes.

-Hola clase, hoy haremos algunas prácticas de redacción -empieza y busca algunos papeles.- Cada quien hablará de un tema distinto, así no podrán copiar -comienza leyendo nombres y dando temas al azar.

-Jordan Parker -levanto mi mano- Soledad -ella dice y suelto un suspiro.

Con solo poner la punta de la pluma en el papel las ideas fluyen.

"La soledad suele ser fría y triste. Mucha gente decide estar sola, pero otras nunca lo pidieron. Algunas piden a gritos una compañía, unos brazos que las afirmen mientras lloran, saber que alguien está para ellas. Para los demás es difícil reonocerlo. Cualquiera se siente solo, pero hay otros que en realidad lo están. A veces puede ser un privilegio, pero en verdad yo lo veo como un castigo" La profesora anuncia que el tiempo ha terminado y todas entregamos nuestras redacciones justo cuando la campana suena.

El día escolar termina después de lo que parece un siglo. Salgo de la instalación cuando veo una figura de espaldas. Matt.

-Hey -llego a su lado y él se sobresalta.- No contestaste mi mensaje, así que decidí por ti -dice y sonríe.- ¿Quieres ir a comer algo? -pregunta.- Claro.

Llegamos a un McDonald's después de ir charlando. Me doy cuenta que nos gusta la misma hamburguesa. De tocino sin pepinillos.

Nos sentamos en una mesa para dos y Matt empieza a hablar.

-¿Carter te ha invitado al Magcon de mañana?

-No, no lo ha hecho. ¿Qué es Magcon?

-Oh, bueno estás invitada, es en el mismo hotel de ayer. Magcon son los eventos que presentamos a las fans, significa Meet And Greet Convention -él responde.

Matt y yo conversamos mucho. Resulta que también tiene un hermano llamado Dylan, y otros dos, Ryan y Kristen. Me ha contado de su vida y sus planes para el futuro. Quiere ser actor, y a sus diecinueve años aún no ha comenzado la universidad, debido a su temporal estadía en Magcon, que consume mucho su tiempo.

-Cuéntame de ti -es cuando oigo esto que me quedo en blanco. No hay nada que decir.- Um... también tengo un hermano llamado Dylan -él levanta las cejas- y mis padres se divorciaron cuando yo tenía tres años, no he vuelto a saber de mi padre y... -dejo la frase sin terminar ya que un grupo de adolescentes entre 13 y 14 años aparece.

-Matt, hola me llamo... -una alta bonita comienza a decir.

-Estoy ocupado -vagamente responde interrumpiendo a la rubia. Me siento mal por la mirada rota de la chica, a lo que ella nota que está conmigo y me atraviesa con la mirada. Susurra un par de cosas a las demás antes de voltearse otra vez a verme mal.- Vamos Jordan -Matt se levanta al notarlo y me jala del brazo. Oigo risas y un "tiene nombre de chico" a lo lejos. Mis ojos se llenan de lágrimas.

-Déjalas, hacen drama por lo que sea... las amo pero... vno termina la frase al notarme llorar. Maldice y me abraza. Siento que me pierdo en su pecho. Se siente tan bien tener donde llorar.

Siento su colonia, y sus tibios y suaves brazos rodearme completa. Esta es una sensación tan... diferente. Me siento a salvo entre sus brazos, como si nada ni nadie pudiera hacerme daño mientras estos me afirman muy fuerte. Él suspira, y mis lágrimas paran.

-Vamos a ver a los chicos -Matt sugiere pero no estoy de humor, así que sorbo con mi nariz y niego lentamente.- ¿Quieres ir a mi casa? -pregunto. Siento que puedo confiar en él, y lo conozco de un día.

Llegamos a mi casa y lo guío a mi habitación. Cuando entro, noto el brillo plateado de la pequeña navaja, junto a una pequeña pero visible gota de sangre. En un intento de taparlo, me quito el suéter azul que llevo puesto y lo tiro encima.

-Me gusta el color de tu habitación -Matt comenta- ¿puedes darte la vuelta? me cambiaré de camiseta

-Bien... -es lo que responde. Voy en un segundo al armario y en otro me pongo una camiseta de The 1975.

-Bien yo... me tengo que ir... si no quieres venir a Magcon mañana, está bien -él habla tartamudeando y sonríe y asiento en agradecimiento. Matt se va, y me encuentro en el abismo de la soledad, de nuevo.

Different || Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora