IV

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*Golpe

*Golpe

*Golpe

*Patada

—Ah, ah—jadeó con la pierna estirada a donde antes estaba el costal de boxeo.

—Bien hecho Tsunayoshi-kun.

—…Arigatō, Sensei.

—Sigue así y pronto suplirás a Totomaru-kun.

—No diga esas cosas Sensei, Totomaru-Sempai es el mejor, además solo tengo doce años y en las ligas solo aceptan a mayores de quince.

Tsuna se rascó la cabeza con nervios, su Sensei si que le gustaba exprimir su potencial hasta llorar sangre. Su Otō-chan lo había inscrito en lucha libre a los siete, e Ichijō Sensei no tuvo piedad, Nana había estado en desacuerdo pero aceptó solo para que supiera defensa.

Una vez se vió solo en el gimnasio, se fue a las duchas. El sobrino de Ichijō estaba ahí practicando a escondidas con una espada de bambú.

—¿Mochida-san?.

Al parecer le dió un susto al chico ya que brincó y huyó.

No le tomó importancia, fue a su casillero y tomó una toalla. Era un poco bajo para su edad, y un "poco" andrógeno, el Zio Tsuyoshi le decía que eso es una ventaja para confundir al enemigo en una batalla, pero eso no evitaba las burlas de sus demás compañeros, aunque no se metían con él por lo mismo, toda Namimori sabía que era un campeón de lucha libre en la liga juvenil, cuando fue su lucha en Osaka, fue transmitida en vivo en todo Japón, la Nacional no sacó el primer lugar pero si el segundo, es el segundo mejor de todo Japón.

Dió un pequeño vistazo a él reloj digital de la pared y el color de su rostro desapareció.

—¡Hiiiie!—grita no tan masculino.

Por otro lado ...

Nana hacía la comida con mucho esmero y una gran sonrisa, era un banquete.

El timbre sonó justo a tiempo, pensó decorando un pastel. Al abrir la puerta, Kurokawa Sakurai, Yamamoto Tsuyoshi junto a unos niños, Takeshi hijo de Tsuyoshi, Hana hija de Sakurai, y hasta atrás de ellos se encontraba una niña con Yukata.

—Ara, Ara, pasen.

—Io Nana-san/Mamma—dijeron los Yamamoto

—Nana-chan, perdón por la espera—Kurokawa (Madre) le sonrió

—No pasa nada.

—Buena Tarde Nana-san.

La niña hizo una reverencia de 90°.

—No me gusta que hagas eso, puedes llamarme "Mamma" como los niños.

La niña negó y Nana suspira derrotada.

Antes de cerrar vio como su amado hijo se resbalaba con una pierda que piso, dar un grito en el aire y caer arriba de la barda de pie.

—¡Mamma!—grita cansado—¡Llegué a tiempo!

Nana le sonríe, su hijo tan habilidoso.

—Tsu-kun, entra a la casa, ya llegaron los invitados.

Tsunayoshi asintió, se bajó lo más rápido posible y entró a la casa a saludar a sus acompañantes.

—¡Io Tsuna!—su mejor amigo (hermano) le pasó el brazo por los hombros.

—Takeshi-kun, veo que otra vez has ganado un partido de Béisbol—comenta.

Takeshi se sonroja riendo tan brillante como siempre. De pronto sus ojos se cruzan con unos color miel, se sonroja y se acerca a saludar.

—¡Ho–

—Buen día Tsunayoshi-san.

Tsunayoshi bajó su rostro nunca conseguiría que tratará informalmente.

Nana viendo como su hijo se desanimó se le acercó.

—Tsu-kun, porqué no subes a cambiarte.

Tsuna asiente, a la vez que sube las escaleras. Observa con detenimiento cada foto colgada en la pared, hasta llegar a la última.

—Otō-san—susurra—Te extraño...

En efecto, la foto muestra a Nana, Kawahira y a él en un "ring" en Osaka en sus manos hay un trofeo plata y de su cuello cuelga una medalla igual plateada. La última foto que se tomaron juntos antes de que él se fuera a hacer su trabajo del Tri-no-se-que, pero prometió que se volverían a ver. Eso fue hace ya tres meses, pero como lo extraña.

La comida pasó entre risas y comentarios sobre Tsunayoshi en la lucha libre.

—Nana-san, es hora de que me valla.

—¡Espera!—Nana corrió a la cocina y trajo un traste—Tú Mamá está enferma ¿No?, Es para ella.

La niña le volvió a agradecer antes de irse, se despidió de todos muy formal.

Nana lavó el último plato y apagó las luces, su hijo ya está dormido. De su alacena saca una botella de whisky, toma un vaso y con hielo se sirve, sale por las puertas corredizas, sentándose mira las estrellas y toma un gran trago de ese líquido.

—Como ha cambiado todo eh...

Sus llamas van a sus mano y forman una Naginata para después deshacerse.

Suspira con cansancio, ahora le era fácil hacerlo, tardó un año y medio en darle forma a sus llamas. Cierra los ojos y camina hacía su cuarto, el camino se lo sabe de memoria.

Coge su bata de dormir, se quita su ropa y se la coloca, acostada cierra los ojos.

—Mamma ¡Ayuda!

—¿Tsu-kun?—frente a ella está su versión adulta sangrante, estira su mano para ayudarlo pero no la alcanza.

—Mam–

Se queda helada al ver cómo sus castaños ojos se pierden en la nada y no brillan, su piel palidece y como poco a poco su cuerpo se enfría con tal rapidez.

—Tsu-kun, ¡Tsu-kun!

Lo toma entre sus brazos y lo abraza para darle calor, para que viva, pero es imposible, su hijo está muerto.

Despierta en lágrimas, y con el corazón latiendo desenfrenado.

Es sólo una pesadilla, una horrible pesadilla.






















By: Lizisi

Mi Tsu-kunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora