MATRIMONIO POR CONTRATO

CAPÍTULO 5

Después de tomar un buen desayuno, pasé un buen rato arreglándome el cabello y maquillándome. Me puse mi vestido favorito y unos zapatos completamente blancos que había elegido con anticipación.

Me miro en el espejo y me gusta lo que veo.

Cierro la puerta del armario y miro a mi alrededor.

Mi habitación es grande tengo una cama con una colcha de color blanco y morado a rayas, que combina perfectamente con el color de las paredes. Además de eso, tengo una mesita de noche, donde guardo mis libros y una lámpara para leer antes de dormir.

También tengo un armario grande color blanco y un espejo en la parte central del mismo.

En el área de estudio, tengo un escritorio grande de color blanco, una silla muy cómoda, y una lámpara para iluminar bien el espacio.

En la esquina de mi habitación, tengo un sillón reclinable de color morado, donde me gusta sentarme a descansar y leer cómodamente. También tengo un tocador de madera blanca donde guardo mis productos de belleza y me maquillo con una pequeña silla color morado.

Al ver todo ordenado. Finalmente, llegó el momento de esperar a que me viniera a buscar y me siento un poco nerviosa, debido a su actitud de anoche.

Agarro mi teléfono.

[Instagram]

Aaliyahmende.s, shawnmendes y karenrayment han comenzado a seguirte.

También tengo varios mensajes pero el único que llama mi atención es él de Madison.

[WhatsApp]

Mad.

Abby 1:40am

¿Crees que puedes venir a mi casa? 1:40am

Hace un tiempo, solíamos hablar con mucha frecuencia, pero últimamente hemos perdido el contacto. Ambas tenemos problemas familiares en casa, lo que ha hecho que tengamos menos tiempo y energía para hablar y reunirnos.

Le voy a pedir a Alex o Axel que me lleve un momento, igual le avisaré a papá.

Agarro mi bolso y me salgo de mi habitación.

Axel viene subiendo rápidamente las escaleras con una caja en manos.

— ¿Y papá?— le preguntó.

—En la cocina.

Asiento y paso por su lado. —Gracias Ax.

Justo cuando estoy bajando las escaleras, escucho la voz de papá y Alex en el comedor.

—Creo que es mejor que les digas y ya.

Me detengo y frunzo el ceño.

—Es mejor ahora, se encuentra muy emocionada por empezar sus clases.

Hago una mueca de desagrado y decido entrar a la cocina. En ella me encuentro con mi papá, hermano mayor y de espaldas está mi ahora prometido y futuro esposo, a quien no conozco en absoluto.

Inevitablemente, me siento un poco nerviosa e insegura al no saber cómo acercarse a él o qué decir.

—Hola, buenos días. —Saludo cortésmente pero sin mirar a nadie.

—Los chicos y yo estábamos hablando de ti y pensamos que... no deberías estudiar durante este semestre por tu seguridad.

Hago una mueca y suspiro pesadamente. —Papá...

—Es lo mejor que podemos hacer por ahora. —Interviene Alex.

— Sí, claro. —comento no tan convencida.

Aunque no me gusta mi carrera universitaria, siento que me voy a morir del aburrimiento.

Shawn se voltea a verme. —Por favor, entiéndenos; a nosotros tampoco nos gusta tener que hacer esto.

Asiento levemente, no muy convencida. —Papá, ¿Axel me puede llevar a casa de Mad? —le pregunto acercándome a él y dándole un beso en la mejilla.

—Dile a tu prometido. —dice señalándolo con una sonrisa.

Volteo a verlo con una sonrisa inocente, recordando que voy a salir con él. — ¿Podrías hacerme el favor?

Él me mira unos segundos, antes de asentir con la cabeza. —Si, vamos. —sacando las llaves de su auto del bolsillo.

Asiento levemente con la cabeza, observando cada uno de sus movimientos. No voy a negar, es un hombre atractivo y seguro de sí mismo. Caminando a su lado me doy cuenta que es muy alto y un poco formado, y lleva una ropa que lo hace lucir muy bien.

Llegamos a la entrada, abre la puerta dejándome pasar primero y veo un Mercedes-Benz estacionado frente a mi casa.

—Pásenla bien.

—Papá...—digo para darme vuelta pero siento que agarran mi mano.

—No se preocupe, señor Alexander.

Sonrío forzadamente mientras bajamos las escaleras y me ayuda a subirme al auto. Seguidamente, sube a su auto y arranca preguntándome la dirección.

En el camino hacia la casa de Mad, mientras hablábamos Shawn se recordó que había un ramo de girasoles en los asientos de atrás. Inevitablemente, me sentí incómoda al recibir este hermoso gesto de su parte, aún sabiendo que todo es por conveniencia. 

Cuando llegamos, estaba un chico afuera hablando por teléfono.

— ¡Hey Gilinsky!— grita Shawn.

El chico se acerca al auto.

— ¡No vas a creer lo que hizo mi papá!— dice molesto entre dientes.

Creo que lo he visto.

—Ya vengo. — le aviso, bajándome del auto.

Entré a la casa de mi mejor amiga, Mad, y miré a mí alrededor. La sala de estar estaba como siempre ordenada y limpia, con cojines suaves y acogedores en el sofá. La mesa de café estaba cubierta de revistas y libros. En la pared, había fotos de Madison y su familia sonriendo juntos. Subí las escaleras y me dirigí hacia la habitación de Mad. Al entrar, me sorprendió ver que estaba desordenada. La ropa estaba tirada por todas partes, los zapatos estaban esparcidos por el suelo y los libros estaban apilados en el escritorio.

Me acerqué a la cama y vi que las sábanas estaban arrugadas y desordenadas. Miré a mí alrededor y me di cuenta de que Madison está llorando en el baño.

Me acerco a ella. — ¿Qué sucede?— pregunto sorprendida e incrédula al ver los moretones en su brazo. — ¿Fue Christian? ¡Desgraciado! Lo voy a matar.

Niega ligeramente con la cabeza.

—Me voy a casar con alguien que no amo, Abby. Me trata muy mal. —apretó sus labios mientras que trataba de aguantar las ganas de llorar. — Quiero que te lleves esto. —dice dándome un bolso. —He querido matarme de una sobredosis pero no he podido. ¡No tengo las agallas!

—¿Qué?—mi voz se quiebra ligeramente.

En shock observo la bolsa y luego a mi amiga.

Ella también estaba en una situación similar a la mía, teniendo que casarse con alguien que no amaba. Pero lo peor era que su prometido la golpeaba. No podía imaginar lo difícil que debía ser para ella lidiar con esa violencia. ¡Dios! ¿Shawn me hará lo mismo?