¡No quiero un alfa! » YOONMIN OMEGAVERSE «

20

Sus pasos resonaban por todo el lugar.

Corría sin calmarse, su corazón se salía de su lugar.

Las paredes del hospital lo asfixiaban y mataban lentamente.

Llegó a la habitación de su madre, pero Yoongi, quien lo esperaba en la puerta, lo detuvo.

-¡Espera! Detente, no entres.

-¡Déjame entrar! ¡Yoongi déjame entrar! - gritaba asustado.

-¡Jimin, ya no puedes hacer nada!- tomó sus hombros con algo de fuerza.

-¡Déjame entrar! ¡Déjame ver a mi madre!

-¡Jimin ya no puedes!

-¡Ella no puede morir Yoongi! ¡Déjame! ¡Es mi madre!

-¡Ella está muerta! ¡Murió hace un momento, fue mucho para ella!

Jimin se detuvo en seco y observó los ojos que lo miraban con preocupación.

-Traté de salvarla. Enserio traté. Pero no pude, ella me suplicaba que la deje ir y aún así... Aún así fallé.

-Mientes... Ella nunca dirá que la dejen ir...¡Ella peleará por su vida!

-¡No pudo contra el cáncer! ¡Nadie puede cuando está en etapa terminal!

-¡Los doctores dijeron que estaba mejorando!

-¡Tu madre mintió! Ella sabía que estaba mal.

Como si la realidad le golpease hasta noquear lo, Jimin se dejó caer en brazos de su alfa, el cual lo tuvo en brazos, soltando feromonas para que el Omega calme un poco sus nervios.

- Realmente lo siento, Jimin.

-¿Cómo pudo mentirme?- sus lágrimas mojaban la camisa ajena.

-Ella no quería que sufras. Lo hizo por tu bien.

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-¿Seguro que estarás bien?

-Yoongi, ya ha pasado una semana. Tranquilo, estaré bien. Tú tienes que volver al trabajo.- acarició sus mejillas y luego plantó un beso en sus labios.

El mayor se fué de la casa. Mientras Jimin sentía el lugar vacío nuevamente.

Aún así, ya no estaba tan sólo cada vez que Yoongi iba al hospital.

Se encaminó hasta el patio trasero. Donde Yangmi yacía sentada bajo un árbol.

A medida que se iba acercando, oía la voz de la niña, como si estuviera en una conversación.

-¿Con quién hablas?

-Con la Ajumma. - fué su respuesta, tomando por sorpresa al mayor.

-¿Ajumma?

-¡Sí! Ella vino a visitarme.

Yangmi parecía tranquila con la situación, como si su abuela nunca hubiera muerto.

-¿Enserio? ¿Y qué te dijo?

-Me dijo porque se fue.

Extraño, ¿Verdad?

-Se fue porque dijo que hizo todo lo que tenía que hacer aquí. Y debía ayudar en otros lugares.

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