¿Verdad o reto? Parte 2

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Capitulo X

Yuri sintió que despertaba de pie en una habitación completamente blanca, miro a su alrededor encontrando una figura masculina de espalda sentada en una silla de madera. Se acercó despacio para ver de quien se trataba, era un hombre alto de pelo azulino que se irguió mostrando una expresión extraña, una especie de picardía y nostalgia, todo mezclado. Como los payasos que ríen todo el tiempo pero tienen los ojos tristes, era Jean otra vez. Un sudor helado recorrió le recorrió la espalda al verlo, quiso alejarse pero sus pies parecían clavados y todo su cuerpo ajeno. Jean no lo miró, estaba distraído con un juguete en la mano, era un tanquecito de guerra roto, de golpe dirigió la vista a su lugar sonriéndole de lado – Es de mi primo Otabek, teníamos 7 años cuando lo rompí.-

Miedo era todo lo que sentía en ese momento, Yuri estaba aterrado, era como esos sueños donde no puedes moverte ni gritar por ayuda, no tenía otra opción que escuchar lo que el suicida le decía.

- Odia que toquen sus cosas, a diferencia de mi Otabek siempre fue muy ordenado y cuidadoso con sus juguetes. Coleccionaba tanques, no se los prestaba a nadie excepto a mí, siempre me presto sus cosas – una carcajada corta y animada acompaño su historia- y yo siempre se las devolvía rotas. No era maldad, solo torpeza, mi padre siempre se quejó de mi torpeza. ¿Crees que mi primo se enojaba conmigo cuando devolvía sus cosas destruidas Yuri?-

No podía responderle, hizo el esfuerzo por recuperar el control de su voz, por despabilar el miedo y contestar, pero no pudo. Jean continuo, como si pudiera notar las intenciones fallidas del otro. –Jamás lo hizo, yo le pedía perdón pero nunca hizo realmente falta. Siempre ignoro mis fallas, mis debilidades y siguió confiándome sus cosas, incluso opto por hacerse a un lado para que yo siempre tuviera lo que quisiera. ¡Qué paradoja enorme que lo único que no me perdonara es un error que yo no cometí!... yo no lo hice Yuri. Quiero que se lo digas. Yo no fui.-

Yuri despertó en la asoleada habitación del hotel donde se alojaba sobresaltado por un mal sueño, aún sentía que no podía hablar, tenía miedo de continuar en la pesadilla por lo que dirigió la mirada inquieta hacia todos lados topándose con el rostro de Otabek dormido a su lado, al verlo volvió a sentirse seguro. Anoche tras una larga discusión sobre los lugares donde dormirían, era una habitación matrimonial y obviamente no podían pedir otra cama sin levantar sospechas, terminaron uno al lado del otro con un muro de almohadas impuesto por el mismo Yuri como división. Las almohadas habían desaparecido en el lío de sabanas por lo que sus hombros casi podían rozarse, el miedo desapareció y una risa divertida escapo de los labios del rubio al notar que su lado de la cama era un total desastre con todas las cobijas en el suelo, sin almohada y medio colchón desnudo. En cambio el lado de Otabek estaba impecable, excepto por las cobijas que no tenía, incluso él dormía con una tranquilidad admirable boca arriba sin moverse con ambos brazos cruzados sobre su pecho, ni siquiera roncaba el desgraciado.

Lo observó dormir de perfil, era guapo. Tenía unas cejas extrañas que asentaban su rostro severo, la mandíbula cuadrada y el cabello espeso y negro como la noche en un corte bastante original para su personalidad de gruñón. No se percató en que momento el moreno abrió los ojos y lo miró directamente – Ahora eres tú el raro que me mira dormir.- le dijo mientras se refregaba los ojos para despabilarse.

Una carcajada se le escapó a Yuri al recordar la vez que se despertó y estaba Otabek junto a su cama viéndolo fijamente. – jajaja... yo estaba pensando en que te ves guapo cuando duermes... ¿Qué pensabas tú?- no medito demasiado lo que decía aun embotado en sueño.

- Que coincidencia yo pensaba ese día lo mismo...-

Se quedaron viéndose a los ojos por unos minutos sin tener en cuenta el tiempo y sin saber el porqué, fue el moreno el primero en romper el extraño silencio que se había generado – Deberíamos levantarnos y empezar a arreglarnos, no falta mucho para el mediodía y tenemos casamiento.-

El tercero es el perdedorWhere stories live. Discover now