Comedia negra

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Capitulo XVI

Ese día recibían la visita de Anielka en la mansión, Otabek le había explicado el nuevo plan anunciandole que Sezim pasaría un tiempo con ellos por lo cual sus molestas (palabra que por supuesto el moreno no pronuncio) visitas debían parar por un tiempo. Convencer a la madre de Beka no fue fácil, la verdad es que a la mujer le encantaba vivir en su país de origen y por alguna extraña razón le incomodaba volver a Rusia, pero finalmente termino aceptando. En cuanto Otabek y su "novia" se encerraron en el estudio Yuri no pudo contener las ganas de adoptar un habito identidario de Anastasia y correr a escuchar con todo el sigilo posible tras la puerta, no es que no confiara en su marido, pero por las dudas se estaba prevenido.

- ¿Es tan necesario que tu madre se quede aquí Otabek?- escuchó que preguntaba Anielka visiblemente molesta.

- Solo será por un mes... mi madre está muriendo ¿no te parece normal que quiera pasar tiempo con ella?-

- Está muriendo hace tiempo...¿Por qué ahora?- Yuri sintió la sangre hervir de molestia al oír el infantil planteo de la rubia. No podía creer que tuviera un corazón tan oscuro, que fuera tan egoísta de tan solo pensar en ella en vez de ponerse en el lugar de Beka.

- Cuando la vi en Almaty la encontré desmejorada Anielka, cada día está peor apenas si puede sostenerse en sus propias piernas, es la primera vez que soy consciente de que voy a perderla ¿Acaso no te pasaría igual si fuera tu madre?-

A Yuri no le interesó la repuesta, una incertidumbre nueva, molesta y dolorosa se había instalado en su pecho al escuchar la conversación. Con este malestar se dirigió hasta la habitación de su abuelo, le servía de mucho expresar sus ideas en voz alta para aclararlas y era Nikolai siempre la mejor opción porque confiaba ciegamente en él. En cuanto lo encontró se sentó a su lado en completo silencio buscando las palabras precisas para no parecer un loco frente a su abuelito.

Nikolai exhaló un suspiro cansado sabiendo que su nieto menor estaba dispuesto a traer un nuevo problema a sus vidas - ¿Qué sucede ahora Yurachtcka?-

- Otabek le dijo a su novia que Sezim ha empeorado, que estaba tan desmejorada que no podía mantenerse sobre sus piernas... que quería pasar tiempo con ella antes de que muriera.- dijo imitando en forma de burla la voz de su esposo.

- Yuri no quiero ser rudo pero esa es la verdad. Tiene cáncer terminal, morirá y es natural que cada día este peor. Entiendo que te hayas encariñado con esa mujer, es encantadora pero también debes soltarla.-

- ¡No lo entiendes abuelo! Yo viaje junto a Otabek a verla y Sezim no está muriendo, no entiendo como no me di cuenta antes, luce fresca como una flor y por supuesto que se sostiene sobre sus piernas y puede hacer mucho más que eso.-

- ¡Pero qué dices niño! ¿Qué se te ha metido en la cabeza ahora?-

- Sezim Leiva no está muriendo. Y yo voy a demostrarlo.- Ahora gracias a su abuelo tenía las ideas más claras, y aunque sus propias palabras le causaron terror supo que debía encontrar la verdad.

Salió impulsado por una nueva fuerza ante la mirada atónita de Nikolai que no podía creer lo que oía, pero por alguna razón también sintió lo mismo. No se refería a la enfermedad de Sezim, creía imposible que alguien bromeara con algo tan serio, pero compartía con su nieto la sensación que algo sucedía en esa casa y comenzaba a sospechar que su Yuri no estaba tan demente como creía.

Pasaron los días y finalmente la madre convaleciente de Otabek llegó a la mansión enfundada en una bruma de pañuelos y ropa holgada que no le sentaba ni necesitaba. Yuri decidió por un tiempo fingir que no pasaba nada, sus clases de actuación en la universidad definitivamente le servían. No preguntó, incluso cuando vio un ridículo intento de actuación por parte de todos los habitantes de la casa que se esforzaban en resaltar cada vez que podían la supuesta enfermedad de Sezim, lo cual solo confirmo sus sospechas: Todos mentían.

El tercero es el perdedorWhere stories live. Discover now