Recuerdo la vez que escapé de casa.
Es una historia que tiene de todo pero me dejo muchas lecciones aquella "aventura".
Sólo recuerdo haber guardado lo esencial en una mochila, tomar todo el dinero que tenía juntado y aquella sudadera roja que me quedaba enorme para salir temprano de casa y dirigirme a la terminal.
Todos estaban dormidos y sólo me despedí de mis hermanos que plácidamente dormitaban.
Sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo, tantos sentímientos se juntaron y el estómago resentía todo.
Miedo y pánico eran las principales; miedo porque sería la primera vez que viajaría solo y pánico por ser descubierto.
Es gracioso recordar que giraba a todos lados para ver si mis padres no llegaban y me impedían irme.
Pero no sucedió eso.
Compre mi boleto y esperé unos minutos a que el bus llamará a los pasajeros, al cabo de 10 minutos me encontraba sentado del lado de la ventana mirando como subían las demás personas.
Pasaron las horas y faltaban otras 4 para llegar a mi destino, cuando mi celular comenzó a sonar y en la pantalla se podía leer "Madre".
Decir que mi respiración se volvió demasiado pausada, las manos me temblaban y el miedo se palpaba en mi rostro, sería mentir.
No contesté, mi mejor opción fue apagar el celular y guardarlo.
Tantas preguntas surgían en mi cabeza y no había respuestas que me satisfacieran.
Después de mirar el paisaje libre de edificios y contaminación, llegué al lugar que en tantas vacaciones de verano me recibió con los brazos abiertos.
Con mi mochila en hombros, camine a donde me hospedería por el tiempo indefinido que estaría en el pequeño pueblo. Al estar frente la casa de 2 pisos, toqué la puerta y fui recibido con alegría por el matrimonio que cuidaba la residencia.
La calidez que transmitían al abrazarme me llenó de alegría el corazón, su felicidad al verme era tanta que quería llorar.
Había pasado algo de tiempo sin sentir aquel afecto sin ninguna palabra hiriente oculta que ameritaba aquello.
Lo bueno de estar en aquella casa era el silencio que me rodeaba, sin ningún tipo de red social, sin el maldito ruido de la ciudad, ni los fantasmas que atormentaban mi sueño noche con noche.
Al encender mi celular las llamadas perdidas de mi madre y padre destacaban, iba a borrarlas pero una llamada entrante me lo impidió.
"Madre"
Respire hondo y acepté la llamada.
¡¿En donde estás y porque no contestabas mis llamadas?!
¡¿Que no recuerdas tus entrenamientos?! ¡Eran a las 12am y ya son las 4pm!
Mamá yo...
¡Mamá nada! ¡Dime en donde estás para que ahora mismo te regreses y me explique porque saliste sin permiso!
¿Estás con Yuuri?
¡Habla Phichit!
No estoy con Yuuri...estoy en otro lado...
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Tears...
Short StoryAveces las sonrisas más brillantes, ocultan los tormentos más desastrosos...