Y poco a poco fui cayendo por las palabras cargadas de cariño.
Por las conversaciones sin pies ni cabeza.
Los audios en donde podía escuchar tú maravillosa voz.
Todo momento gracioso a tu lado.
Por todo y más, fui cayendo a los pies de ese chico de estoico rostro.
Tan cálidos eran tus abrazos, que curaban toda tristeza que sintiera con sólo ser apresado entre ellos.
Tan gracioso y ocurrente eres que no había dia en que no rieramos por tonterías que dijéramos.
Tan cariñoso y dulce al hacerme sentir bien, en aquellos momentos en los que solo quería desaparecer por mís momentos de ansiedad.
Tan jodidamente atractivo, de unos preciosos ojos color marrón, tan oscuros y envolventes pero a su vez igual de brillantes, que eran capaces de hipnotizarme tan maravillosamente.
Y tú sonrisa, por los dioses que era perfecta. Sutil pero brillante, un panorama que me esforzaba dia con día para poder apreciar aunque sea sólo 5 segundos.
Todo esto, era parte de una maravilla de persona en todo mi mundo. Alguien que me hizo ver que también yo poseía una luz que debia dejar ver por todos.
¿Recuerdas cuando comenzaste a llamarme estrella?
¿Que YO era tu estrella brillante?
Quién te brindaba luz en tus momentos de oscuridad, qué te guiaba a seguir tú camino.
¿Recuerdas?
Mi corazón daba brinquitos de felicidad al escuchar aquello.
Mis mejillas se tornaban rojas por los motes cariñosos que me decías en cada mensaje.
Mi sonrisa era inborrable por leer lo mucho que me querías y adorabas.
En mi cabeza sólo se repetía tu nombre y tú perfecta imagen.
Todo era felicidad y corazones, tanto amor y alegría que me abrumaban de sobremanera.
Tan contento.
Tan amado.
Tan ilusionado.
Eran tantas mis emociones por Bekka que cuando me pidió ser su pareja, pegue el grito de mi vida al cielo.
Quería abrazar a todos mis compañeros de pista, incluso a Phill, el chico antipático que siempre se encargaba de hacerme saber que me odiaba por ser un "jodido tipo que no cerraba la boca".
La felicidad de mis amigos al enterarse de mi nueva relación era palpable, se sentían felices de que por fín me diera la oportunidad de amar de nuevo.
Necesitaba descargar aquella felicidad de cualquier manera, en mi pecho no cabía tanta euforia, sentía que en algún punto iba a asfixiarme.
Y sucedio.
Tan cegado estaba por ti que no me di cuenta de lo que pasaba contigo.
Tus cambios de humor, los mensajes cortantes y la poca expresividad que mostrabas cuando hablabamos.
Me sentía muy confundido, por no saber que tenías pero no quería invadir tu espacio.
Tiempo después terminamos.
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Tears...
Short StoryAveces las sonrisas más brillantes, ocultan los tormentos más desastrosos...