No le temo a la muerte.
Aquel pensamiento surco mi mente hace apenas unas semanas, cuando escuchaba de nuevo como a mis espaldas mis padres criticaban mis miles de defectos.
Podría levantarme y enfrentarlos, decirles que puedo lograr lo que quiero y lucharé para conseguirlo.
Pero me aterra tanto contradecir a aquellos que amó, que solo puedo esconderme en un rincón para llorar y lamentarme.
Los constantes mareos, dolores de cabeza, llantos incontrolables y pensamientos idiotas, me agotaban demasiado.
Sumándose a ellos, el insomnio y las veces en que no tenía hambre.
Llegué a la conclusión de que si llegaba a morir por una enfermedad o accidente, no importaría, al contrario...sería bueno.
Porque quitaría el peso de encima a mí familia, lo único que pediría es que nadie sufra o lloré por mi partida.
Que al momento de irme, todos por arte de magia, me olviden y sean felices.
Qué sigan sus caminos con normalidad sin pensar en que alguien a muerto.
Alguien que se siente inconforme consigo mismo, que puede cambiar sus defectos e ignorar palabras hirientes pero sólo se lamenta.
Que sólo llora y se queja con sus amigos de sus desdichas, qué anhela con tanto fervor por un buen día sin críticas o comparaciones a su persona.
Pero no todo lo que pensamos se cumple, y menos, si guardamos silencio.
Observando todo desde un rincón, mientras las mejillas estan húmedas por tantas lágrimas.
El corazón anhelando un poco de pegamento para juntar sus pedazos y que lata un poco más.
Que éste débil cuerpo aguante más, para no herir a otros.
Las ganas sigan en su sistema para continuar.
Su cabeza formule más tonterías para hacer reír a los demás.
Se vuelva suficiente para aunque sea, una persona...
ESTÁS LEYENDO
Tears...
Short StoryAveces las sonrisas más brillantes, ocultan los tormentos más desastrosos...