2009 corría por aquellas calles húmedas de Londres.
La gente que viene y que va, como todos los días, en sus círculos viciosos personales, tratando de darle un sentido a aquella existencia que se nos da a los humanos sin siquiera pedirla o preguntar por ella, sin otra opción.
En ese Londres, podemos ubicar a un rubio de 36 años fumando en la banca de un parque al que solían ir familias a convivir. Niños pequeños después del colegio jugando a ser Superman, o un pirata, o un astronauta entre los juegos que desprenden ese característico olor a metal cuando son tocados por las palmas de las manos.Pero ese lugar no era para nada así hace 10 años...
Nada era como ahora hace 10 años.
Hace 10 años las cosas parecían ser más vividas, poseer colores peculiares y extraordinarios, música a todo volumen y aquellas ideas tan sueltas de vivir entre los jóvenes, donde nada era más importante que el mero hedonismo.La vida moderna era basura.
Eso era lo que pasaba por la mente de Damon Albarn mientras daba una calada más a su cigarrillo, recargando su espalda contra el respaldo de aquel banco.
Damon volteaba a ver a todos lados en busca de una gota de inspiración para la música que componía, pero que a fin de cuentas nadie escuchaba nunca, más que cuando un bar con presentaciones abiertas se juntaba con su consumo constante de alcohol y hacían química, brindando a un Damon que cantaba en el lugar alguna que otra de las piezas que se encontraban en casa sobre hojas de papel sueltas o una libreta manchada por las cenizas de varios cigarros y marcas de vaso.
Pero a cada año que pasaba, era mucho más difícil para él encontrar aquella inspiración...y es que todo había cambiado desde que el mismo '99 terminó.
Harto del sonido de las familias felices, y deseoso de una copa más de vino en la comodidad de su casa para acallar un poco su amargura (alimentándole más irónicamente), se levantó del banco frotando sus manos a causa del frío. Tomó un suspiro hondo estirándose para acomodar sus huesos después de haber permanecido unas buenas horas en ese mismo lugar, pero fue ahí mismo donde por alguna mágica (o maldita) razón, sus ojos fueron a toparse con el respaldo de donde tanto tiempo había pasado.
"As the pain sweeps through, makes no sense for you. Every thrill is gone, wasn't too much fun at all, but I'll be there for you as the world falls down."
Notaba aquellas letras en plumón negro sobre la pintura, un tanto desgastadas, y es ahí cuando el sonido de las familias pudo desvanecerse en un zumbido que opacaba su sentido del oído.
La caligrafía era tan familiar para sus ojos, así como aquella canción que Damon no solía reproducir mucho ya, tanto en su cabeza, como los discos empolvados que guardaba en una caja dentro de su closet, en lo más profundo...As the world falls down, de David Bowie.
No había tocado más esos recuerdos en su cabeza (tal vez no conscientemente...pero el alcohol es testigo de las noches que lloraba añorando al muchacho con lentes de pasta oscura)¿El muchacho de lentes?...
Damon solía quejarse mucho de los días actuales porque añoraba el mundo en el que vivía a sus 26 años. Y la razón por la que añoraba el año 1999 es ni más ni menos que una: Graham Coxon.
Tratando de ignorar volver a esos pensamientos, el rubio se dispuso a caminar rápidamente fuera de ahí, hasta la estación de metro más cercana.
Por lo general no le importaba viajar 3 estaciones todos los días (con algunas excepciones) por la tarde desde hace 10 años para quedarse observando el paisaje de aquel parque, desde fuera de éste o caminando a otras zonas. ¿Por qué? Por el mismo miedo de encontrarse esos detalles...de encontrarse a Coxon mismo.
No, tenía que parar con el pensamiento, lo había manejado ya bien, ya lo había controlado en su vida. El '99 no lo controlaba a él, él controlaba al '99 (o eso se repetía siempre para darse fuerza, creyendo que tenía todo bajo control, pero ahora, podía darse cuenta de lo contrario)
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1999 [Gramon]
FanfictionLugares donde solíamos gritar. Noches que desearíamos fueran reversibles. Gustos musicales que se sentían como nuevos mundos. Seres únicos. Cosas que se transformaban poco a poco en la intervención de malas lenguas, de cometas destructores, volcanes...