El niño imantado

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[ADVERTENCIA: CONTENIDO PARA ADULTOS EN EL CAPÍTULO/ESCENA DE SEXO EXPLÍCITO]

En Octubre de 1997, a un mes después de que ambos se habían mudado juntos, solos por fin, y ambos chicos ya veían al otro con un deseo insoportable.

Y es que si bien ya eran pareja, simplemente la atracción hacia el otro crecía de una manera desmesurada y casi insoportable. Se sentaban en silencio en la mesa, mirándose fijos creyendo que el otro no lo notaba, solo deseando levantarse de la mesa para comenzar a devorar los labios contrarios.

Uno se metía a bañar, y el otro solo deseaba entrar con él y comenzar todo en suave beso para terminarlo en pecado.
Y eso, no hubiera sido difícil de ser cualquier otra persona, porque Damon y Graham no tenían problema alguno en conseguir meter a la cama a cualquier persona que quisiesen y se les antojase esa noche, día o madrugada, pero el problema erradicaba en un detalle: les importaba el otro como nada les había importado en la vida.

Ni para Graham, ni para Damon, el otro era solo un deseo carnal para cubrir su necesidad y ya está, para nada, era eso que siempre les había hecho sentir un poco más sanos, un poco más llenos incluso aún cuando no tenían contacto de besos ni nada de eso.

No querían lastimar al otro y que pensara que solo habían hecho para conseguir sexo, y de ahí, tal vez irse del departamento a otro lugar y ya está, eso hacía más complicado a ambos jóvenes el acercarse.

-Hey, ¿sabes donde ha quedado mi shampoo, Damon? –preguntó Graham asomándose a la sala, saliendo del baño con la toalla amarrada en la cadera, y su cabello húmedo por haber tomado una parte del baño. Creí que lo había dejado en el baño, pero no está, ¿lo has tomado tú?

Y en realidad, Albarn lo había tomado para jugarle una pequeña broma a Coxon, broma que no sabía, involucraría a verle salir del baño de esa manera.
Damon se quedó mirando embelesado un momento a Graham, su cuerpo lucía en realidad...adorable a la vez que bello.
Las gotas que caían lentas desde su cabello, recorriendo así su pecho y su abdomen, chocando entonces con el borde de la toalla que descansaba ocultando más de ese cuerpo...

-¿Damon? –llamó de nuevo Coxon al rubio. Su piel tomó un ligero tono carmín al notar que Albarn se había quedado mirando por completo su cuerpo. ¿Por qué eso pasaba? Nunca le apenaba cuando le veían así...sin embargo, era Damon, esa era la diferencia.

-Oh, sí, sí, lo tengo...yo. Ven, te lo doy. –se levantó de su lugar en el sofá rápidamente, en dirección al mayor y a la habitación de ambos.

Damon se maldecía internamente por lo obvio que se había notado al quedarse como idiota viendo al cuerpo de su novio, y bien, si, no había podido evitarlo ya que ni cuenta se dio cuando había empezado a babear por él, de todas maneras, no se iba a perdonar el ser tan obvio.

Ambos entraron a aquella habitación, y Damon entonces se puso a buscar entre todo ese desorden el shampoo de Graham.

Mientras tanto, Graham había llevado su diestra a posarse sobre su hombro, esperando.
¿Sería buena idea acercarse en ese momento a Albarn? ¿Desatar su toalla y fingir que había sido un accidente y ver qué sucedía?

Sería demasiado tonto y obvio, ¿en qué estaba pensando Graham? Se dio un pequeño golpe con la palma de su mano, susurrándose "idiota" en voz baja, cuando se dio cuenta de que Damon le estaba mirando.

-Aquí...está tu shampoo...-mencionó Albarn acercándose poco a poco a Coxon.

-Oh, claro claro, gracias Damon.-tomó entonces el castaño la botella que le habían acercado, pero sin el poder de mover sus pies, ya que esos claros ojos lo mantenían atornillado al suelo con las piernas a medio temblar.

1999 [Gramon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora