9.

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Camino de un lado a otro por la habitación impaciente.

No es muy divertido esperar a alguien en un asilo lleno de locos y loca sueltas; en especial a una loca con un cuchillo de podar en las manos para quitarte los ojos y luego darle tus restos a los caníbales.

La luz de la otra habitación se apagó haciéndome despertar de mis pensamientos. Volteó y escuchó como una salida de gas en el otro lado. El vidrio que separaba esta habitación de la otra empezó a romperse y yo aún estaba paralizada.

"Reacciona" me dije a mi misma en mi mente.

Corrí hacia la puerta y la abrí violentamente, corrí y corrí huyendo de aquello que posiblemente me este persiguiendo ahora mismo.

Agradecí mentalmente por mi resistencia al correr, porque si no fuera así ya estaría muerta o qué sé yo.

Pero luego paré en seco.

¿Y si era David?

Di la vuelta e intenté regresar hacia la sala de control.

Me arrepiento.

Las bombillas que iluminaban el lugar comenzaron a titilar y una masa negra dentro de una aura oscura se interpuso en mi camino y mi vista empezó a hacerse borrosa.

Sentía que esa "cosa" me absorbía. Con todas mis fuerzas traté de zafarme y sin mucho éxito lo logré.

Corrí lo más que pude intentando escapar de aquella cosa. Entré a la primera habitación que vi a mi alcance y me encerré en ese lugar. De pronto, todo el ambiente se calmó.

Mi respiración estaba agitada, mis ojos estaban cerrados, mi corazón latía a millón, mi cuerpo temblaba y trataba de entender lo que acababa de pasar. Todo en uno.

Aún con los ojos cerrados, con mis manos me inspeccioné a mi misma para ver si todo en mí físicamente estaba bien. De repente, noto que no llevo conmigo el walkie-talkie.

¡Demonios! Debió haberse caído cuando empecé a correr.

La he cagado.

Mi única oportunidad de comunicarme con alguien se ha ido al caño.

Me siento una basura, una estúpida y una idiota. Todo un combo.

"Lo eres, mi querida Kathleen" me decía mi subconsciente.

"Vete al demonio. No molestes más" le dije.

"Tienes que admitirlo: eres una completa inútil" me seguía reprochando.

"¡Basta!" le dije.

Durante el debate que tenía con mi subconsciente, me deslicé por la puerta para sentarme en el suelo y poco a poco me fui quedando dormida.

Un pequeño peso me despertó de una pesadilla. Miré hacia mi pecho y me conseguí una gran rata. Solté un grito agudo, me levanté bruscamente y la retiré de mí haciendo que cayera violentamente hacia el suelo. Tenía los pelos de punta, temblaba y sudaba como cerda. Primero la pesadilla y ahora la rata. Una de mis más grandes fobias.

Tengo que salir de aquí urgentemente.

Abrí la puerta lentamente y asomé mi cabeza asegurándome de que no hubiera moros en la costa. Salí despacio de la habitación y cerré la puerta con cuidado.

-Yo quiero la mitad de la cabeza.

-No, yo quiero esa mitad. Tu te quedas con la otra.

Me acerqué a una puerta de rejas que daba a un pasillo y visualicé a dos mujeres con el cuerpo de un guardia en sus manos. Retrocedí alejándome de aquella puerta.

-¿Ves a aquella chica? Puedes quedarte con ella.

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Hola!

Discúlpenme en serio por no haber dado señales de vida en estos últimos días pero es que no hallaba que poner en este capítulo. También disculpen por haberme quedado corto el cap.

¿Qué pasará con Kathleen al ser descubierta por esas mujeres? ¿Qué era esa cosa con la cual Kathleen se había topado?

Gracias por seguir leyendo mi historia! Voten si les gusto y comenten!

Las adoro! ;) Bye!

«The Panic Asylum»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora