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Eran las 9:45 p.m. del día 09 de abril de 2014, era de noche y la luna estaba a su máximo resplandor. De la radio sonaba la voz de un hombre contando historias de terror muy malos, diría yo.

El camino estaba infestados por árboles de todo tipo a sus extremos; las únicas luces eran las frontales de mi auto y luz natural de la luna; la carretera estaba solitaria y los únicos sonidos era el motor del auto y la radio. Repentinamente la emisora se puso en interferencia.

—Al fin se calla —comenté. Apagué la radio y me concentré solamente en el camino al dichoso asilo.

Había recibido un gmail de un anónimo diciendo que había trabajado para los de Sallies y había visto según las cosas 'horribles' que le hacían a los internos finalizando con un «La verdad tiene que salir a la luz».

No tenía tiempo que perder así que acepté la propuesta que me había hecho esa persona. Era eso o quedarme en casa a ver novelas con un pote de helado de vainilla como la propia soltera de 25 años. Un poco de suspenso no vendría mal para una noche solamente.

Antes de pasar una curva, podía ver la punta de la torre del asilo. Ya me acercaba.

Me encontré de frente al psiquiátrico, parecía un castillo no muy grande construido desde hace cien años como para tener realmente trece. Las puertas de rejas se abrieron automáticamente al estar al frente de ellas abriéndome paso al lugar. Al entrar, cerraron tras mío y luego me estacioné frente a la garita de vigilancia.

Apagué el motor, tomé mi videocámara y mi bloc de notas. Bajé de mi Jeep Cherokee rojo y cerré la puerta del piloto sin dejar de admirar el lugar que había ante mi.

Era un edificio extenso de tres pisos, habían luces encendidas en la instalación y, claro, aquí afuera también dando la impresión de que estuviera habitada.

Encendí mi videocámara y apunté hacia el gran edificio. Entré por una puerta de rejas que estaba al lado de la entrada de autos y me encontré con vehículos de las Fuerzas Militares estacionados. De pronto, una de las ventanas del asilo llamó mi atención, le hice un zoom; una figura humana se reflejaba a través de la cortina de la ventana. Al parecer notó mi presencia y su luz se apagó.

—No he entrado al lugar y ya están pasando cosas extrañas —musité. Caminé hasta la puerta de entrada pero esta estaba cerrada con seguro, así que busqué otra alternativa para poder entrar.

Más adelante, del lado izquierdo del edificio, había una puerta con un ducto de ventilación abierto. De pronto, una idea vino en mi.

Encontré un ladrillo en el césped y lo utilicé como escalón, tomé impulso y salté adentrándome a la ventilación. De inmediato y accidentalmente, estornudé a causa del polvo en el ambiente provocando un eco en todo el túnel de ventilación, tapé mi boca con mi mano y cerré mis ojos con fuerza. Mi corazón latía con fuerza.

No escuché nada y seguí gateando cautelosamente hasta llegar a una rejilla debajo que daba a lo que parecía un pasillo, la aparté de la salida y me tiré haciendo que mis tobillos se lastimasen.

Para colmo, la luz se cortó.

Encendí mi videocámara y la puse en visión nocturna. El sonido de una puerta cerrarse delante mío me sobresaltó. Me acerqué lentamente a la puerta donde había provenido el ruido y cautelosamente tomé la manija y la rodé para abrirla, pero tenía el seguro puesto.

—¡Fu-Fu-Fuera de aquí! ¡Fu-Fu-Fuera de aquí! —tartamudeó un hombre de voz ronca y profunda, con un tono nervioso.

Me alejé de la puerta y seguí mi camino a paso lento. De repente escuché el ruido de un vidrio romperse, provenía de la habitación donde se encontraba aquel hombre. Intenté restarle importancia y seguí caminando.

El pasillo daba un aire sombrío, como el de un hospital que fue abandonado hace muchísimos años atrás. Las paredes estaban deterioradas; con principios de moho en los bordes de estas y en el techo, y el leve olor a podrido que se encontraba en el ambiente invadía mis fosas nasales.

Llegué hasta la recepción y encontré cadáveres tirados por todos lados; mutilados, descuartizados y, aparentemente, torturados de otras formas increíbles. Debía de tener cuidado por donde pisaba, ya que había charcos de sangre y órganos por todos lados. Lo sé, asqueroso.

Crucé hasta el otro lado de la recepción donde me había adentrado a otro pasillo igual al anterior y el olor se intensificó, aparentemente, provenía de la última puerta del lado izquierdo al final.

Tomé el pomo y abrí lentamente la puerta, dejando que la madera gastada chirriara bruscamente. Lo que podía ver, gracias a la videocámara, era una habitación con las paredes casi deterioradas y moho por los extremos. Escuchaba el goteo que provenía del techo y chocaba contra un tono hecho de metal.

El ambiente se sentía tenso y detrás mío debía una presencia, me volteé lentamente y lo único que sentí fue un golpe en mi mejilla derecha haciéndome caer inconsciente.

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Se que para ser el primer capítulo no fue el mejor, es que se me hace algo difícil hacer cosas de terror ya que para mi es un género nuevo. Por eso me tardé en subir.

Pero igual espero que les haya gustado. Acepto sugerencias y observaciones de parte de ustedes.

Las veo en el próximo capítulo!❤️

«The Panic Asylum»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora