- Es muy delgada para mi gusto. Así que no -dijo una de las mujeres y siguieron con su «tarea».
Siempre odié ser el centro de atención porque siempre me trae problemas. Tiene sentido ahora, ¿no?
Continué con mi camino sin rumbo alguno; sólo seguí caminando entre el camino lleno de cadáveres de policías y, por lo visto, empleados del psiquiátrico. La sangre de ellos aún era fresca, por lo cual me preocupé por el hecho de que uno de ellos fuera David. Aún no sé como es él físicamente.
Suena un poco descarado de mi parte pero el podría ser evidencia de lo que sucedió aquí, es decir, supongo que el debería saber algo sobre lo que sucedió aquí.
El hambre, junto con las náuseas causadas por el olor a muerto y los nervios no son muy aliados de lo que lo que yo pensaba.
Sentía que caminaba en círculos y mis pies me dolían y palpitaban de vez en cuando. Me senté en el suelo de un pasillo y me quité el zapato derecho, sucio y asqueroso igual que el otro.
Quedé impresionada al ver mi pie; con zonas rojas y moradas, mi tobillo herido e hinchado y mis uñas tenían un leve color amarillento.
Que desagradable. Pero lo más desagradable: era mi tobillo, que estaba hinchado un poco más de lo normal. Debió ser por la caída de lujo que tuve desde un tercer piso y nunca lo noté. Me quité el otro zapato y mi pie estaba un poco mejor que el otro.
Sin embargo, no me dolía ninguno de los dos pies. Debería preocuparme pero a estas alturas ya todo me importa menos; lo que me importa es salir de aquí.
Me coloqué los zapatos de nuevo y seguí caminando. De repente, escucho un golpe en el ducto de ventilación que estaba en la pared y todo quedó en silencio como antes.
El bombillo que guindaba desde un cable en el techo empieza a titilar hasta apagarse. Pero luego encendió de nuevo y veo que del túnel salía sangre sin parar. Con todo el coraje que me queda, con cuidado de no resbalarme, tomo impulso y salto aferrándome al túnel de donde la sangre caía. Con fuerza elevo mi cuerpo con la ayuda de mis manos y me encuentro con la cabeza de un hombre solamente mirándome con los ojos abiertos. Solté un grito y me solté del ducto cayendo parada. Escuché claramente el crujido de los huesos de mi pie derecho sonar y por reflejo me caí.
Solté un grito desgarrador y empecé a llorar sin cesar. Me reincorporé en el suelo y con cuidado retiré el zapato de mi pie derecho, soltando algunos que otros quejidos. Miré mi tobillo y este sangraba sin parar, tenía una gran herida y, sin exagerar, podía ver claramente mi hueso fracturado a simple vista. Levanté mi pierna cautelosamente y mi pie guindaba. Y tampoco podía sentirlo.
Entré en pánico y mi cabeza empezó a dar vueltas, me sentía débil, perdí la noción del tiempo hasta que mi vista se tornó negra.
Le gente me miraba con temor y se mantenían alejados de mi. Yo, confundida, me acerco un poco a ellos, sin embargo, se alejan más.
-¿Qué les pasa?-dije un poco harta de la situación. Pero no recibí respuesta alguna. Todos me miraban callados.
Por instinto me acerqué hacia ellos hasta el punto de ir a perseguirlos. No tenía ningún autocontrol en mi, simplemente me movía y ya. Aunque no quisiera. Es como si algo controlara mi cuerpo.
-¡El Walrider escapó!-gritó alguien del grupo que escapaba de mi.
¿Walrider?
Y fue a ahí cuando mi reflejo aparece en uno de los vidrios de una ventana.
Era aquel fantasma con el cual me había encontrado en una de mis escapadas.
"Tu eres la nueva anfitriona del Walrider" escuché una voz de hombre en mi cabeza.
Desperté soltando un grito ahogado. Las gotas de sudor resbalaban por mi frente y rodaban por mi suene hasta caer en algún punto de mi cuerpo.
Miré mi pie herido y este aún sangraba. Me sentía débil y luego sentí como de nuevo me desvanecía.
- Kathleen. Kathleen, levántate. Kathleen -escuché la voz de una mujer que me sonaba familiar-. Kathleen, tienes que despertar.
Abrí mis párpados nuevamente y me reincorporé. Miré a la mujer y resulta ser Anastasia.
-Debo llevarte a revisar ese pie-señaló mi pie derecho-Hay que ser rápidas o sino nos descubrirán-me limité a asentir. No sentía ganas de hablar. Me sentía boba, como anestesiada.
Me ayudó a levantarme y me llevó a una habitación que pareciera una enfermería. Me dejó en una camilla y desapareció de mi campo visual por un momento. Mis párpados empezaron a pesar pero traté de tomar control de mí misma y estar despierta. Aunque costara.
-¿Qué fue lo que pasó? -preguntó tomando mi pie derecho y reprimí un grito mordiendo mi labio inferior.
-Yo... No... Yo... Pues...-balbuceé y paré. Mis ganas de hablar estaban por los suelos.
- Kathleen, este pie ya no sirve -no se como pero mis ojos se abrieron de golpe. ¿Cómo que no sirve?
-¿A qué te refieres con eso? -dije asustada y a la vez preocupada.
-Tendré que cortarte el pie -palidecí al oír eso-. Sólo míralo.
Y así hice. Mis ojos se aguaron por un instante al ver tal imagen ante mis ojos; mi pie se tornó entre negro y morado, más rojo por la sangre. Y estaba hinchado más de lo normal.
- Si te corto el pie, no tendrás problemas. Pero si no lo hago, la cosa de pondrá peor de lo que uno esperaría. Créeme.
No es que confíe plenamente en Anastasia ya que apenas la conozco. Pero sus palabras me dejaron más tranquila.
-Hay que hacer esto rápido, así que decídete de una vez, Kathleen.
Pensé dos veces aquella idea tan... impactante.
-Córtalo.
De alguna parte sacó un cuchillo de cocina.
-Respira hondo, esto dolerá mucho más que cortarte un dedo.-advirtió y acercó el cuchillo a mi tobillo lenta y tortuosamente.
De repente, levantó el cuchillo hacia arriba y lo clavó bruscamente por mi tobillo. Solté un grito verdaderamente desgarrador. Aquel dolor era inexplicable, lo peor que pude haber sentido en la vida.
Al ver que Anastasia no quedó satisfecha con aquel corte, levantó de nuevo el cuchillo y lo clavó con más brusquedad a mi tobillo. Sentía que me iba a desvanecer.
-Kathleen, no te rindas. Sé fuerte.
Movió para adelante y para atrás hasta clavarlo con firmeza al hueso haciendo que el dolor cada vez sea más insoportable. Mi vista se hacía nublada a causa de mis lágrimas. Me removía de la camilla una y otra vez cada vez que el cuchillo se incrustaba más en mi hueso.
Anastasia levantó el cuchillo y lo clavó con más fuerza causando que soltara un grito fuerte y desgarrador hasta que sentí como me desvanecía en la camilla.
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¡Mil disculpas por haber desaparecido durante esta semanas y no haber actualizado nada! Honestamente, no tenía para la inspiración necesaria para hacer el capitulo pero ahora si.
Aviso: No sé si esta semana que viene actualice ya que me voy de viaje porque en unos días voy a ser tía! ¡Yey! Y pues, con todo eso del bebé y la cosa no tendré tiempo para la historia. Bueno, era eso.
PD: Puede ser (no les prometo nada) que actualice este fin de semana.
Espero que les haya gustado. No olviden comentar y darle un voto si les gustó.
¡Abrazos jarcors y bye!
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«The Panic Asylum»
Mystery / ThrillerUn oscuro secreto que guarda el Psychiatric Asylum Massive Mountain, deshabilitado en el año dos mil trece. Muchos paraderos aún son desconocidos, y Kathleen Knight: periodista de la cadena de televisión nacional en los Estados Unidos, CNN, descubri...