«The Panic Asylum»

4.

Desperté de un corto sueño. Escogí la opción de dormir en los túneles de ventilación, poniendo mi chaqueta encima de mi nariz tapando mi boca, así no inhalaba el polvo y otras bacterias que hubiera en el ambiente. No estaba segura de que sirviera.

Había parado el sangrado de mi brazo y cicatrizaba poco a poco, algo que me impactó un poco.. Me dolía menos y un dolor que había contenido en mi pierna derecha, había desaparecido. Algo que no desaparece es el dolor en mi columna a causa de la posición incómoda que obtuve al dormir.

Me volteé y empecé a gatear por el ducto, tomé mi videocámara y encendí la visión nocturna para que me ayudara a ver con más claridad. Al final del túnel había una rejilla abierta. Al llegar, salté y caí en un charco de sangre. Sentí una pequeña punzada en mi pie derecho, pero no le tomé importancia.

Me levanté un poco mareada por el olor a podrido que aún no me acostumbraba, traté de quitarme la sangre de la ropa, pero ya se había adherido a esta. Tengo que aprender a bajar de estas cosas si voy a quedarme un buen tiempo aquí.

Encendí mi videocámara, teniéndola en visión normal, y salí de la habitación en la cual estaba.

—Huelo sangre —escuché a la mujer de los ojos decir a lo lejos—. Ojos lindos debe de estar cerca.

Esa es mi señal de que debo apresurar mi paso o si no, mi cuerpo sería comido por caníbales mientras mis ojos estarían en los de una loca con un cuchillo de podar. Y no quiero eso.

—Ahí estás —escuché la voz ronca y sombría de la mujer tras mío. No dudé ni en un segundo y empecé a correr a gran velocidad. Doblé al final del pasillo y me encontré una puerta frente a mi, la abrí y acto seguido la cerré apoyándome en ella.

Mi respiración era agitada, mi pecho subía y bajaba con rapidez al igual que mi corazón latía a mil, y mis manos y piernas temblaban.

—Muñeca de la noche... Amiga de la luz... Las estrellas bailan... Y la luna brilla... —cantaba la voz de una joven con un estimado de dieciocho o diecinueve años, sentada en una cama frente a la ventana. Un relámpago iluminó toda la habitación seguido por el estruendoso sonido del trueno. Aquella luz hizo que sus facciones se vieran con más claridad: era pálida, castaña, con una bata blanca y una venda en los ojos con manchas de sangre.

—... Mujer malvada... Amiga de mis pesadillas... Dueña de mis ojos... Y del cielo oscuro... —siguió cantando la chica.

«Dueña de mis ojos»... No tenía sus ojos, mujer malvada... Sería tonto no saber a quién se refería.

Con la videocámara la grabo y me alejo lentamente hacia otra puerta, la abro y me encuentro en otro pasillo.

Caminé por el largo pasillo hasta encontrar dos puertas de salida que llevaba hacia otro patio. Crucé hasta el otro extremo del patio y cruzar la puerta de un edificio.

De lejos se escuchaban gritos y súplicas de auxilios, eran masculinos. Eso significa que estoy en el pabellón masculino.

Al comienzo del pasillo, había dos puertas por los extremos, de uno provenían los gritos masculinos y en el otro se podía apreciar lo oscuro que estaba a través de la ventana que llevaba la puerta. Mejor voy por el camino fácil: por lo oscuro.

Abrí la puerta y encendí la visión nocturna de la videocámara.

—¿Hueles eso? —escuché preguntar las voz de un hombre, pero no sabía de cual zona de la habitación provenía.

—Carne humana, ya era hora —dijo otra voz masculina más profunda que la anterior. Esa persona poseía una voz muy estremecedora.

—¿De quién será? —preguntó la voz anterior. Mi corazón pareció dejar de latir al ver a través de la videocámara a dos hombres altos y fornidos, con sólo aquellos pantalones blancos. En sus torsos descubiertos, se podía apreciar una gran cicatriz inclinada.

—Creo haber visto quién es el causante —dijo y pausó uno de los hombres.

Con que... esos eran los caníbales.

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¡Hola! Perdón por haber tardado es que la inspiración no me era de mucha ayuda, pero ya está!

¡Ahora son las 12:22 a.m. aquí en Venezuela y estoy muerta del sueño!

¡Espero que les haya gustado y gracias por seguir al tanto de la historia!

Besos ❤️