Just Trust Me [Ziam]

Capítulo VIII - Número desconocido.

POV Zayn

Llevaba alrededor de unos quince minutos en la misma posición y para ser sincero, no tenía ni el más mínimo deseo de moverme. Recostado de lado contra el mullido colchón de la cama que compartía con mi novio, tapado hasta el cuello debido al frío atípico para esa época del año y deleitándome con la hermosa imagen que se presentaba apenas a unos pocos centímetros de distancia. Cubierto con el acolchado azul marino y aferrado a mi cintura como si de eso dependiera su vida, se encontraba el amor de mi vida, descansando tranquilamente. 

Después de tres noches de casi no poder pegar un ojo por la necesidad de sentir su calor rodeándome, al fin lo tenía durmiendo plácidamente entre mis brazos. Sentía sus piernas entrelazadas con las mías y su acompasada respiración que hacía que su pecho se elevara una y otra vez, en sintonía con el mío. 

Era extraño el clima que inundaba la ciudad aquel día, teniendo en cuenta que nos encontrábamos apenas comenzando el otoño. El viento movía las ramas de los árboles de un lado hacia el otro sin tregua alguna, mientras las gotas de lluvia golpeteaban contra el ventanal de nuestra habitación una tras otra. 

La noche anterior nos habíamos visto obligados a cerrar todas las ventanas del departamento e incluso a encender una pequeña estufa que nos reconfortara un poco, ya que la temperatura había bajado notablemente. Agradecía al cielo que fuera sábado y no tuviéramos nada más que hacer que recostarnos uno al lado del otro, recuperando el tiempo perdido luego de tres días que habían sido interminables para ambos.

Llevé mi mano a su mejilla para depositar una suave caricia y tuve que aguantar la risa cuando arrugó la nariz ante el contacto. Su piel se sentía suave bajo mi tacto y todos los músculos de su rostro se encontraban relajados y en paz, sin ningún atisbo de molestias. 

Nunca en mi vida había visto algo más hermoso él, cada pequeño detalle y gesto estaba guardado en lo más preciado de mi memoria. Aquellas sonrisas sinceras que hacían que sus ojitos se volvieran pequeños y alargados, las risitas que solía soltar cuando alguna situación lo sobrepasaba y su cuerpo se invadía de repentinos nervios, e incluso aquella hermosa forma que tenía de fruncir el entrecejo cada vez que las cosas no le salían como esperaba. Todo en él era hermoso, era perfecto...y era mío.

No pude evitar maldecir en voz baja cuando mis ojos divisaron la chaqueta de Liam que descansaba tranquilamente contra la cómoda de nuestro dormitorio, a unos pocos pasos de distancia. Desde anoche había estado intentando desviar mi mente de aquello, pero parecía que cuando al fin lo estaba logrando, el destino se encargaba de recordármelo. 

Durante la llamada que había tenido con mi madre, la cual había interrumpido mi tan hermoso baño con Liam, mis ojos parecían están sumamente intrigado con el pequeño triagulito blanco que sobresalía de la chaqueta que se encontraba tendida sobre la cama. Me acerqué sigilosamente mientras fingía prestar atención a la voz que llegaba a mi oído por medio del celular y tomé con cuidado la pequeña tarjeta. En blanco, sin ninguna inscripción ni nada, perfectamente rectangular y prolija. La giré porque nadie en su sano juicio iba por la vida con una tarjeta en blanco y ahí estaba, un número telefónico que no había visto jamás y que llenaba mi mente de dudas.

Sentí como el ruido de la regadera cesaba y finalicé la llamada con mi madre argumentando una fatiga extrema que si bien sentía, no era la causa por la que deseaba dejar de hablar con ella. Rápidamente y sin pensar lo que hacía, marqué los pequeños dígitos que se encontraban plasmados en el blanco cartón y lo agendé como 'Número desconocido'. Guardé la tarjeta donde la había encontrado, me giré justo para ver entrar a Liam con una toalla cubriéndole sus partes íntimas y sonreí.