2. Delirio

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"¡Auxilio! Estoy encerrado en un bus, el soldado David está caído y estamos separados por una horda de borrachos. Estoy en una celda junto a otros tres prisioneros embriagados con los cuales es imposible comunicarse, hablan un idioma del que no estoy capacitado, alemán informal.

El bus avanza su trayecto, miles de murmullos incomprensibles me zumban en los oídos. También las risas se encuentran en el ambiente junto al olor de cerveza. La locura es creciente. ¡Gente cantando! ¡Cantan! ¡En una situación tan desesperante! Nadie sabe cuándo el tenebroso bus se detendrá, igual en el abismo de la muerte y el caos. Las cervezas se intercambian con mayor facilidad que el euro y el dolar entre compañías multinacionales, es el único sentido de la existencia en este abarrotado transporte aislado del aire puro y de la libertad.

Mis tres alemanes compatriotas de prisión llegan a nuevos niveles de locura, sus voces cada vez suenan más fuertes y aún menos comprensibles, ¡ni distingo vocales de consonantes! Cada sonido va acompañado de una risa nerviosa que da lugar al vacío."

Escribí este fragmento estando literalmente en un  bus lleno de gente joven en dirección a un festival. El escrito fue interrumpido cuando una alemana del grupo de tres "compatriotas de prisión" me preguntó que estaba escribiendo. Fue curioso que me detuviese justo tras marcar un punto en mi cuaderno, sin saber que se trataba del final.

Tinta desquiciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora