LA ISLA PERDIDA | clexa

17_ Ceremonia

Lexa se sorprendió ante aquella afirmación de la rubia. Una sonrisa apareció en su rostro.

Unos días más tarde Lexa preparó una gran ceremonia de iniciación.
Todos los grandes líderes de los clanes fueron llamados.

La ceremonia se celebraba en el último piso de La Cumbre, la sala del trono.
La sala se llenó de velas y de sillas donde se sentaba un representante de cada clan.
11 canes. Azgeda no asistió.

A pesar de que Clarke fuera una voladora, todo el mundo la acepto gratamente.

Clarke estaba en la sala ante la mirada de todos los líderes. Debía arrodillarse ante la comandante y jurar lealtad, jurar que cuidaría de cada clan, de cada pueblo, que cuidaría y protegería la isla.

Si la comandante aceptaba su juramento, se pasaba a la segunda fase. En la que Clarke debía tatuarse. Debía elegir unos de los símbolos, cada uno representaba un clan.

Una vez elegido el clan, el líder del mismo cogía el símbolo en una especie de plantilla de hierro. El tatuaje no se hacía con tinta, sino con ceniza incrustada en la piel.

Colocaban la plantilla en el antebrazo y la quemaban, deajndo la marca del símbolo.

Era muy doloroso, pero solo duraba unos instantes. Una vez quemado, se vertía un jarra de agua fría para aliviar la quemadura, dejando el tatuaje.

La tercera fase consistía en celebrar una gran cena, en la que presidía la comandante acompañada por todos los líderes de los clanes y la recién iniciada.

Por último, la iniciada, tenía que asomarse a una de las terrazas de La Cumbre, tenía que ser aceptada por el propio pueblo, que se encontraba mirándola desde abajo.

Si el pueblo levantaba una mano, era signo de que había sido aceptada, y ya era una de los suyos, que tendrían que cuidar y respetar, como hacían todos con todos.

Si el pueblo la aceptaba, Clarke debía recitar unas palabras para finalizar la ceremonia:

Omon gon oson.
(Todo de mí para todos nosotros)

Ya estaba, Clarke ya era una más. Había completada la iniciación.

La rubia decidió dar una vuelta por la capital mientras Lexa se reunía con los líderes de los clanes para organizar un ejército.

Al rededor de la Cumbre había un gran poblando dividido por zonas, en las que cada una tenía una tarea. Unos se encargaban del ganado, otros de los distintos alimentos que plantaban, otros se encargaban de fabricar y afilar armas...

También había unas grandes zonas de entrenamiento parecidas a las de la otra aldea. Allí pudo divisar a Indra, que estaba enseñando a un grupo de niños como defenderse.

Clarke se sentó en un pequeño montículo de hierba y se quedó observando, como los niños luchaban con espadas de maderas.

Eran felices, se lo pasaban bien, apesar de estar jugando con algo que pronto se convertiria en una arma de verdad.

Clarke miró su tatuaje. Lo había hecho. ¿Era lo correcto? Si, simplemente su interior la decía que ese era su sitio.
Pensó en todo lo que iba a dejar atrás, en todo lo que suponía tener ese tatuaje. Pensó en su ciudad, su país, sus amigos, Finn... Alicia... Siempre habian estado ahí, echaba de menos a su amigos...

La nostalgia la invadió. Se acarició el tatuaje con cuidado, todavía sentía alguna molestia. La quemadura no se había aliviado del todo.

-Trikru.

Clarke se giró sobresaltada al oír una voz detrás de ella.

Lexa sonriente se sentó a su lado. -El clan que has escogido, se llama Trikru.

La castaña se remango su manga y la enseño su tatuaje. -Yo también soy de Trikru.

Clarke dibujo media sonrisa.

Permanecieron unos minutos en silencio.

-¿Por qué ahora? ¿Por que han esperado 15 años?- Pregunto la rubia.

Lexa se encogió de hombros. -Es ahora cuando por fin la han encontrado...

-Pero... Si ya sabían donde estaba hace 15 años...

Lexa suspiró intentado buscar las palabras idóneas.

-Quizas te cueste creerlo pero...

Clarke esperaba ansiosa. -Lexa ¿Qué es lo que pasa?

-Se movió.

Clarke quedó desconcertada ante la respuesta de la castaña. -¿Cómo que se movió?

-La isla se movió, se sintió amenazada y se movió de lugar.

La menor de las dos se quedó en silencio intentando entender lo que Lexa estaba diciendo.
No tiene sentido ¿Cómo se va a mover una isla?

La chica hizo un esfuerzo para intentar creerselo. -Y entonces... ¿Por qué ahora no se mueve...? Evitaría la guerra...

-Cuando llegasteis aquí para investigar, no hubo vuelta atrás... La isla no se lo esperaba... No serviría de nada que se moviese, tus compañeros siguen aquí y les podrían localizar fácilmente...

Clarke estaba atónita, seguía sin creerselo... Era imposible que una isla se moviera...

-Estamos ligados a ella... Ella es quien hace que de repente nazca alguien con sangre nocturna, ella es quien se mueve de lugar para prever una amenaza, ella es la que nos alimenta durante tantos años... Se mueva donde se mueva, siempre hay un río, un desierto, unas montañas... Siempre hay animales para cazar o alimentos para plantar...

La castaña suspiró. -La isla nos ayuda a sobrevivir.

Clarke miro al frente. Era demasiada información. Información que la costaba entender... Las preguntas sobre la isla que se había hecho desde que había llegado estaban empezando a obtener respuestas, pero esas respuestas no eran lógicas...

Lexa observaba como Clarke intentaba reflexionar sobre aquello, intentaba entenderlo sin mucho éxito. Lo que hizo que a la castaña se la escapara una tierna sonrisa, al ver como la rubia se sentía perdida y confusa.

La castaña tomo el brazo de Clarke, haciendo que el roce de pieles la provocará un leve escalofrío a la menor.

Con su pulgar, Lexa acarició el tatuaje suavemente.
La miró a los ojos.

-Eres una de los nuestros.- Susurró. -Debes saber por qué protegemos esta isla con nuestra vida, debes conocer el verdadero secretos que tiene.

La cogió de la mano levantándola y la adentro hacia el bosque.

-¿A dónde vamos?- pregunto Clarke confusa.

Lexa la miró a los ojos, una pícara sonrisa apareció en su rostro. -Vas a conocer el verdadero secreto de esta isla. Vamos a adentrarnos en su alma.