Capítulo 7

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Bilbo abrió lentamente los ojos, se sentía relajado, tranquilo y demasiado feliz, acababa de tener un hermoso sueño, donde él estaba en un hermoso bosque, rodeado de hermosas flores, con fragancias y colores exquisitos, entonces cientos de luces blancas y hermosas se acercaron a él y danzaron a su al rededor ¡poema, poema! gritaban las luches ¡poema y canciones de Bilbo para nosotras! entonces él se puso a declamar sus mejores versos y a cantar sus mejores letras. Ese sueño le había llenado de regocijo al despertar, pues una sonrisa se reflejaba en sus labios.

--¿Bilbo?--dijo una vocecilla conocida, el viejo volteo y se encontró con su sobrino.

--Hola muchacho--dijo en casi un susurro.

--¿Cómo te encuentras?--Frodo se sentó al borde de la cama y le tomó la mano--¡Vaya susto que me diste!

--Ja, disculpame, pero sabes que este viejo ya está cansado--después de esto un ataque de tos lo invadio, Frodo le dio agua, lo ayudó a beberla y después le acomodó mejor las almohadas para que quedara sentado en la cama.

--¿La señora Estë dijo que masticaras estas hojas?--dijo extendiendole un tallo, donde las hojas eran de un verde platinado--huelen muy bien, entonces no han de saber feas.

Bilbo las tomó y comenzó a masticarlas, en efecto no sabían mal, un sabor de miel y menta se mezclaban en su paladar, relajando con el sabor su cuerpo y cabeza.

--¿Cuanto tiempo dormí?

--Toda la noche y este medio día--respondió Frodo. Alguien llamó a la puerta, pero por los golpes Bilbo supo quien era, entonces dijo.

--No gracias, no quiero visitas, ni molestos admiradores, ni parientes lejanos...

--¿Y que me dices de viejos amigos?--respondió Olorin del otro lado. Después de aquella vez que se habían saludado en Bolson Cerrado, no dejaban de darse la bienvenida de esa manera. Olorin entró a la habitación y se acercó a la cama.

--Vaya, pensé que ya era caso olvidado--anunció el viejo hobbit.

--Tú nunca serás caso olvidado--Olorin le dedicó una sonrisa.

--Pero Gandalf ¿que son esos modales de dejar a una dama en la puerta?--habló Frodo mirando a Falen que estaba de pie en la entrada. Olorin le lanzó una mirada molesta.

--Quiero que conozcas a alguien--y le extendió la mano a Falen, quien se acercó y la tomó--Bilbo, ella es Falen, una maia de Ulmo.

--Es un honor conocerle--saludo la sirena con una reverencía.

--El honor es mío--dijo Bilbo admirando la belleza de la dama, pero después miró a Olorin con la cara llena de interrogantes.

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Ilmarë estaba en el balcón de los aposentos de los reyes, admirando el cielo, contando pájaros y cuidando de las flores de su señora, soñaba despierta y estaba distraída, que no escuchó cuando Eonwë entró a la habitación, se acercó lentamente a sus espaldas, lentamente le rodeó los hombros con un brazo y con el otro sujetó su cintura. Ilmarë sobresaltó, pero al reconocer el tacto y delicadeza de Eonwë se puso contenta de estar entre sus brazos.

--Te extrañé--dijo el capitán besándole el cuello.

--Yo igual, pero deberías esperar a que anochezca--dijo Ilmrë.

--¿Acaso me vas a recompensar por todos los años que me rechazaste?--habló en tono seductor.

--No, te ilusiones demasiado--ella se dio la vuelta y rodeo su cuello con los brazos, sí que era mas alto que ella y mas musculoso.

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