Más Allá del Mar

Capítulo 8

Ya era tarde, la luz de la luna se filtraba por los ventanales iluminando los pasillos, las estrellas danzaban alegres en el cielo nocturno, las aves nocturnas cantaban, al igual que los grillos, unas flores se cerraban, otras se abrían.

Frodo caminaba presuroso por los pasillos, miraba por las ventanas de vez en cuando, asomaba la cabeza en cada puerta que se encontraba.

--¿Frodo qué haces?--preguntó Elaine a sus espaldas asustando al hobbit.

--Elaine--Frodo dejó salir un suspiro de alivio--estoy buscando a Bilbo.

--¿Otra vez lo perdiste?--la sirenita llevó las manos a sus caderas.

--Nunca lo he perdido--reprochó el hobbit

--¿Y la última vez?

--Esa vez no lo perdí, lo olvidé en el jardín cosa que es muy diferente, ayúdame a buscarlo en vez de hacerme perder el tiempo--y dicho esto continuó su búsqueda con Elaine ayudandole

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--No pensé que fuera tan pronto--dijo Irmo a Olorin, ambos caminaban presurosos por los pasillos, buscaban a los hobbits con desesperación.

--Espero que Frodo no haga una tontería--Olorin estaba muy preocupado. En el camino se encontraron a Ossë y Tilion a quienes les pidieron ayuda para encontrar a los medianos.

--Iremos a las cocinas--dijeron antes de marcharse.

Olorin y su maestro continuaron con su búsqueda.

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Frodo y Elaine habían buscado por todo el castillo a Bilbo y en ninguna parte lo habían encontrado, de manera que habían decidido buscarlo a fuera, buscaron en los arroyos, donde Elaine se metió a nadar para asegurarse de que el viejo hobbit no hubiera caído en uno de ellos, estaban en los jardines mirando entre los arbustos, las flores y las rocas, pero no había señales de Bilbo.

--¿Dónde se habrá metido?--Frodo se rascaba la cabeza por los nervios.

--Tal vez ya está adentro--dijo Elaine

El hobbit pasó la mirada por todo el lugar, ya comenzaba a anochecer, Estë le había pedido buscar a Bilbo para que le revisara, pero el viejo hobbit no estaba en su habitación, tampoco con los elfos o los maiar. La mirada de Frodo se detuvo en dirección del bosque, era al que se había adentrado semanas atrás, donde había descubierto aquella extraña puerta; algo le decía que fuera de nuevo allí, pero otra parte de sí mismo le hacía querer regresar al castillo y pedirle a Gandalf que lo ayudara a buscar a Bilbo. Se estaba dando la vuelta cuando entre los árboles vio de nuevo aquella luz que lo había guiado, sin pensarlo y sin decir algo hecho a correr tras ella.

--¡Frodo! ¡¿A dónde vas?!--le gritó Elaine.

En esos momentos Olorin e Irmo llegaban a los jardines, al escuchar a Elaine y ver a Frodo adentrarse en los árboles, ambos corrieron tras él.

--¡Frodo detente!--le gritó Olorin, pero el hobbit ya estaba demasiado lejos.

Frodo corría lo más rápido que podía, necesitaba llegar a esa puerta, como si su vida dependiera de ello, sus pies lo hacían casi volar, las luces comenzaron a rodearlo con forme se acercaba, momentos alegres comenzaron a surcar su mente.