8- Tu vida es mi vida

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Estaba cumpliendo mi sueño sin apenas darme cuenta.

Iba montada en un caballo castaño, por la orilla del mediterráneo con mi ídolo, la persona que siempre había soñado conocer, y que ahora formaba parte de mi vida.

El ligero trote del caballo hacía que el viento acariciase mis mejillas y jugetease despeinando mi pelo.

Yo llevaba a Jesús cogido por la cintura y mi cabeza esta apoyada sobre su hombro. Podía oler su perfume y sentirlo mío. Que ironía no? el chico por el que 100.000 personas darían la vida por conocer era ahora mío? O simplemente esto era otro de esos sueños en los que despiertas justo cuando vamos a besarnos? No, esta vez no, esto era real, muy real.

Entonces recordé a mi padre, cuándo yo era pequeña él me llevaba en su caballo al igual que hoy lo estaba haciendo Jesús. Esto hizo sentir una nostalgia increible y las lágrimas comenzaron a fluir por mis mejillas.

-¿Elsa qué te pasa? ¿Por qué lloras? ¿No lo estas pasando bien? -dijo Jesús mientras hacía frenar al caballo.

-Claro que lo estoy pasando bien pero... he recordado algo, no te preocupes por mí- contesté mientras me secaba las lágrimas.

- Sí que me preocupo por ti. Ven, ahora te vas a sentar aquí conmigo y me vas a contar que te ocurre vale? - añadió mientras me tomaba en sus brazos y me bajaba del caballo.

- En serio, no le des importancia, son cosas de mi vida que no creo q te interesen

-Te has parado a pensar que ya tu vida es mi vida?- mientras decía esto me acariciaba con una dulcura que jamás había sentido.

-Esta bien, pero es una historia bastante larga.

-Al igual que el tiempo que nos queda por pasar juntos, así que vamos, empieza.

-Cuando yo tan solo tenía 5 años mis padres se divorciaron, desde entonces nunca he vuelto a saber nada de mi padre. Mi madre se volvió a casar y tuvo dos niñas más. Mis hermanas son adorables, pero su padre no lo es. Me hace la vida imposible y siempre me está echando en cara que de no ser por mí mi madre ya habría olvidado a mi padre, y esque a él le tortura la idea de que mi madre aún sienta algo por mi padre.

Mis hermanas son pequeñas, por lo que mi madre tiene que estar siempre con ellas y yo me siento muy sola, siento que ese no es mi sitio, que allí sobro. Y de no ser por mis hermanas, que las quiero demasiado, hacía ya tiempo que me habría escapado. Según mi padrastro sobro en su vida. - solté otra lágrima.

-Tranquila, yo estoy contigo- dijo Jesús abrazándome.

-Cuando iba montada en el caballo me acordé de mi padre, el fue quién me enseñó a montar. Y el hecho de no poder verlo nunca más me tortura.

Soy un cero a la izquierda para todo el mundo, un estorbo.

-Perdona? para todo el mundo no! Para mi eres la casualidad más bonita que se ha cruzado en mi vida. Eres "Mi cero a la derecha" y te aseguro que tienes muchísimo valor en mi vida. Te quiero amor. -al decir esto nos fundimos en un beso. No sé que haría yo sin Jesús...De hecho no sé que haré cuando se acaben las vacaciones...

-Vamos princesa es muy tarde, debemos volver.

Cuando llegé todos seguían durmiendo excepto María y Dani que al parecer se habían pasado toda la noche despiertos.

Sincermente, esta había sido la mejor noche de mi vida.

Un cero a la derecha (gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora