21- destino realidad.

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Estaba tirada en mi cama, sin ganas de nada excepto de llorar. Todo volvía a caer sobre mí, las palabras del juez fueron un fuertísimo golpe helado que me devolvió a la realidad, a mi realidad. Todas estas semanas había estado sumida en un maravilloso sueño y ahora tocaba despertar.

-Cariño, ¿como estas?- dijo Jesús entrando en mi habitación  con lágrimas en los ojos y abrazándome.

-Mal, muy mal, he de volver al mundo real, he pasado el mejor agosto de mi vida, pero llegó la hora de despertar de mi sueño.- dije llorando como nunca antes lo había hecho.

- Prometeme que nunca me olvidarás- dijo acariciándome el pelo.

-¿Estas de broma? ¿Crees que podré olvidar al famosísimo Jesús Oviedo?- dije intentando animar un poco la situación- además, siempre llevaré un poquito de ti conmigo- dije abriendo mi puño y dejando al descubierto el collar que apretaba con tanta fuerzas, el que tanto recuerdos me traería para siempre.

*Flashback Jesús*

-sabiendo que la familia paterna de Elsa  la abandonó durante todo este tiempo y además intenta difundir falsos testimonios sobre el padrastro de la pequeña, he de volver a otrorgar la custodia a su madre.

-¡¡Eso es mentira!! no pienso irme con mi madre!! mi padre no me abandonó, ella me escondió de él.- Elsa gritaba desconsolada, mientras toda la sala la observaba con admiración.

-Ven pequeña, tomemos un poco el aire- dije tomándola en brazos.

-Jesús, ¡te quiero! prométeme que no me abandonarás, que no vas a dejar que ese loco me vuelva a llevar con él.

-Elsa, nadie puede hacer nada- dijo su padre acercándose hacía nosotros. Entonces Elsa echó a correr y se apartó de allí llorando. Intenté seguirla, pero mi hermano me detuvo- déjala, necesita estar sola.

*Fin Flashback*

-Jesús...-dije tímidamente-¿me prometes que esta no será la ultima vez que nos veamos?

- Te lo prometo princesa, te prometo que haré todo lo posible e imposible para que nos veamos cuanto antes.

-Sabes Jesús, ¿recuerdas la primera vez que nos encontramos? te confesé que me sentía como un cero, como un cero a la izquierda, como algo insignificante que sobraba en todos lados y tú me prometiste hacerme cambiar de posición y sentirme un cero pero muuy a la derecha, me prometiste ser lo más importante en tu vida. Lo más importante de todo. Y lo has conseguido, aunque en Córdoba no le importe a casi nadie, cada vez que apriete este collar sabré que hay alguien apollándome este donde este y que pase lo que pase nunca estaré sola. Gracias Jesús.

-Te quiero pequeña - nos despedimos con un tierno beso y subí al coche, destino realidad.

Un cero a la derecha (gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora