11- Reencuentros.

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Llege a Málaga sobre las seis de la mañana y me dirigí al taller de Papá.

Cuando llegé al taller eran las siete en punto. La hora de abrir. 

Vi de lejos llegar a un corpulento hombre de pelo canoso ojos azules y expresión amable.

Se dirigió hacia mí y dulcemente preguntó.

-¿Qué hace una niña tan hermosa como tú ante la puerta de mi taller a estas horas?- dijo mientras abría las puertas. Volvió a mirarme y añadió- Si no fuera imposible diría que...

-¿Dirías qué?- pregunté intrigada

-No nada, dejaló preciosa, son solo recuerdos de un viejo cascarrabias. -dijo entrando en el taller.

-¿Dirías que soy tu nieta Elsa?- entoncés mi abuelo se giró rápidamente y fue hasta mi para abrazarme.

-¿Pero se puede saber qué haces aquí mi niña? ¿Lo sabe tu madre? ¿Y ese labio, qué te a pasado amor?

Oye pero si traes maleta y es enorme!! ¿vienes para quedarte?

- ¿Te parece si entro y lo hablamos todo con calma?

- Sí será mejor- entramos y nos sentamos en el capó de un coche. Le conté todo con calma, lo de mi padrastro, lo de la revista, lo de mi castigo. Él escuchaba atentamente todas y cada una de mis palabras. Al finalizar añadí - ¿puedo quedarme?

-Por supuesto, además creo que a este taller le hace falta una mano femenina, desde que murió tu abuela todo esto a decaido bastante- al decir esto su cara entristeció- pero antes debo de contarte algo.

-Soy toda oidos- añadí mucho más animada.

-Verás, tu padre ya no vive aquí, hemos abierto otro taller en Sevilla, él se encarga de él de allí y yo intento mantener este en pie. Vendrá el Jueves, le daremos una sorpresa con tu regreso. Pero antes debemos llamar a tu madre y explicarle todo no crees?

- Esta bien, llevas razón, me dejas tu teléfono?

- Por supuesto reina- dijo tendiendome el telefono en la mano- Pero veo que tú necesitas uno, mañana iremos a comprartelo te parece bien?

-Estupendo!! gracias abuelo- dije soltándole un beso en la mejilla y retirándome a hablar con mi madre.

*Llamada Telefónica*

-Mamá... soy Elsa - dije tímidamente.

-Hija por dios que susto nos has dado!! Dónde estas!! Que sea la últlma vez que te vuelves a escapar!!- contestó mi madre muy alterada.

-Lo será mamá, te lo aseguro, entre otras cosas porque no pienso volver, estoy cansada de aguantar a tu maridito. Por si te molestabas en preguntar, estoy bien, estoy con el abuelo Mario. Despideté de las hermanas por mí. Creo que así irá todo mejor, como tu maridito me a dicho muchas veces, soy el único recuerdo que te quedaba de papá. Estareís mejor sin mí. Un besito. Adiós.

-Pero hija!! Qué dices!!

- Lo que has oido, no te molestes en buscarme, estoy muy bien acompañada. Hasta, posiblemente, siempre.

*Fin de la llamada telefónica*

Durante toda la llamada estube al borde de las lágrimas, pero en ningún momento lloré, permanecí fría hasta finalizar la llamada, entonces rompí a llorar.

Cuando consegí calmarme fui en busca de mi abuelo.

-Ya esta todo arreglado, si no te molesta voy a dar una vuelta a ver si veo a mi Jesusito y le informo de las novedades - al decir esto me sonrrojé un poco.

-¡Quién tubiera tu edad! hay que ver que bonito es el amor.... Disfruta preciosa, pero no lleges más tarde de las dos, aún no sabes donde esta tu casa- dijo dandome un beso en la mejilla.

Rápidamente me dirijí al bloque de los hermanos Oviedo. Y, como ellos me había enseñado, escalé por los balcones hasta llegar a su cuarto.

No había nadie en el piso, me asomé y les vi en la piscina, así que decidí esconderme bajo la cama de Jesús y esperar a que llegase.

¡¡Iba a llevarse un susto de muerte!!

Un cero a la derecha (gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora