4-Besos de chocolate

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*Narra María*

Bajé a la playa y tendí mí toalla para tomar el sol, pero entonces alguien se me acercó por detrás y me dijo:

-¿Se puede saber que hace una niña tan guapa como tú sola en la playa? Eso debería estar prohibido, las princesas necesitan a alguien que las mime.

Cuando me di la vuelta me quedé sin palabras, era guapiisimo, pero no le reconocí hasta que se autopresentó. ¡¡Era Daniel Oviedo!! Si el mismo, Si hubiera estado Elsa conmigo... Con lo que le gustan a ella sus canciones...

-¿Bueno piensas decirme tu nombre?- me preguntó cariñosamente mientras se acercaba un poco más a mi

-Ah si claro, me llamo María, encantada.

-Y le apetece a usted señorita María que este humilde siervo suyo la invite a un helado de chocolate- dijo en tono burlón y poniendo una voz muy grave.

-Ohh si vos lo desea estaré encantada jajajaja

Entonces me cogió en brazos y sin importarle dejar todas mis cosas en la arena me llevó a la heladería más cercana y antes de depositarme en el suelo me besó, en verdad el beso me encantó, nunca antes me habían dado uno igual, pero me pilló tan de sorpresa que no puede evitar contestarle:

-¿PERO NIÑO TÚ ESTAS TONTO? para tu información tengo novio rico!! ¿¿En que pensabas viniendo y besandome ahí de sopetón??

-Perdona, solo quería comprobar que estaba más dulce si el helado de chocolate o tus besos y te aseguro que es lo segundo- Cuando dijo esto se me subieron un poco los colores, de hecho el beso me había encantado, pero yo ya estaba comprometida con Pedro.

-¿Quieres probar ahora algo amargo?- No le dió tiempo a contestarme cuando le di una bofetada y salí corriendo, recogí mis cosas de la playa y volví al apartamento. Pero antes me las arreglé para conseguir el número de teléfono de Dani, tenía que disculparme con él y se lo pedí al chico que antes estaba jugando a bolei con él en la playa.

Nada más llegar a casa le llamé y le expliqué que tenía novio y que aunque él y su música me encantaban no podía permitirse el lujo de ir besandome por ahí, ambos nos disculpamos y quedamos por la tarde para dar un paseo, por suerte mis padres no estarían en casa y como no tenía nada mejor que hacer ya que Sara no me cae nada bien (la ha invitado mi madre por ser mi vecina en el pueblo) y con Elsa no me hablo pues acepté.

Un cero a la derecha (gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora