Un ruido estruendoso hizo que cada habitante en la fiesta parara de bailar y todo aquel que estaba sobrio huyera corriendo.
Las luces se apagaron, el sonido de los gritos y la música se formaron en un gran eco. Todo aquel que estaba en la pista salió corriendo a tropezones y zas, azote.
Un fuerte dolor era lo único que podía sentir, mi vista estaba nublada. Quería decir que aquella caída me había dolido pero estaba demasiado mareada como para poder haberla sentido en aquel instante.
Se escucharon murmullos a lo lejos y sentí como alguien intentó pararme y llevarme lejos de ahí.
– Señorita, ¿Se encuentra bien?... Señori...ta –El tono de voz se fue disminuyendo hasta que ya no escuche nada y caí en un profundo sueño.
Fue ahí cuando me di cuenta que todo mi plan se había ido de cabeza y yo ya no podía hacer nada para evitarlo.
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Yellow
Kısa Hikaye¿Quién iba a decir que él acompañante de celda se convertiría en algo más que eso?
