Interrupción

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-Rin! Rin! Ni-chan!

El mayor despertó y, a duras penas, se incorporó en su cama.

-Llevo 10 minutos intentando despertarte! -se quejó su hermana menor.

-Y por qué lo hiciste? Estaba teniendo un sueño increíble. -se quejó también el chico.

-Volvías a soñar con Haru, verdad? -cuestionó la de pelo largo.

Gou estaba enterada del interés que tenía su hermano hacia el de ojos azules, por lo que intentaba no delatarlo y ayudar al mayor a conseguir que el amado de éste pudiese corresponderle.

-Cómo lo sabes? -preguntó con sarcasmo el de dientes afilados.

-Ya te dije que deberías decírselo a Makoto, él es su mejor amigo y seguro que sabe muchas cosas de él -sugirió, por vez n° 15 la menor.

-Crees que va a saber algo que yo no sepa de un chico que se pasa la mayor parte de su tiempo en el agua? -volvió a preguntar con sarcasmo- No seas ingenua, Gou.

-Que me llames Kou! -la chica se enfadó por esto. No le gustaba que le llamasen por cómo se escribe su nombre.

-Vale, vale. Espera... qué hora es? -preguntó, esta vez con nerviosismo, el pelirrosa.

-Las 11 y media, por qué? -cuestionó su hermana.

-Ay, no! Quedé con Haru a las 11! -el mayor se levantó rápidamente de su cama y se vistió lo más rápido que pudo.

-Venga, ya sabes cómo es él, ni te habrá esperado.

-Pues por eso, no quiero que esta sea la primera vez que tenga que hacerlo. -dicho esto, el ojirrojo salió corriendo de su habitación y fue lo más rápido que pudo y sin descanso al lugar donde, supuestamente, había quedado con su amigo.

Una vez allí, vio al pelinegro sentado en la arena, mirando al mar, de espaldas a él. Sólo se dio cuenta de su presencia cuando el más alto lo asustó por detrás.

-Bu!

-Llegas tarde. -lo regañó el azabache.

-Lo se, lo siento. Aunque no creí que me estuvieras esperando. -se sorprendió el de ojos carmesí.

-No podía irme sin ti, quedamos en vernos aquí. -respondió el ojiazul sin apartar la mirada del mar- Si me hubiese ido, creerías que no me importa... Da igual.

-No, qué ibas a decir? -el más alto sentía curiosidad por lo que el otro chico pensaba.

-Creerías que no me importa tu regreso... -finalizó el de ojos color mar, bajando un poco la mirada.

Esto hizo que el de cabello rosado se sonrojase. Sin pensarlo dos veces, lo abrazó por detrás, cosa que sorprendió al más bajo.

-No seas tonto... nunca pensaría mal de ti... -dijo el de dientes afilados sin parar el abrazo.

El azabache se giró rápidamente y correspondió el abrazo. Se quedaron así un buen rato, hasta que una voz familiar los interrumpió.

- Haru-chan! Rin-chan! -el rubio corría hacia ellos, le seguían un peliazul y un castaño.

Ambos detuvieron el abrazo, Rin a duras penas.

-Qué hacen aquí? -preguntó el pelirrosa con un toque de enojo en su voz.

-Solo paseábamos, ya sabes... -respondió el castaño.

-Y tenía que ser justo en este lugar y en este momento? -volvió a preguntar.

-Y por qué no? -preguntó como respuesta el ojiazul.

El chico de ojos rojos tenía la necesidad y esperanza de besarlo allí mismo, pero se contuvo, todo por su maldito miedo al rechazo.

Mi Mayor DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora