Cita en la piscina

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Justo a las 5, el timbre de la casa del de menor estatura sonó. Éste abrió la puerta, encontrando al de cabello rosa enfrente de él.

-Listo? -le sonrío.

-Si, vámonos. -contestó fríamente el de cabello negro.

Ambos chicos empezaron a caminar, el azabache iba mirando al frente con una expresión seria en su rostro.
El pelirrosa lo miraba de vez en cuando, a veces sonreía. En un momento dado, a mitad del camino, lo tomó de la mano. Esto hizo que el de ojos azules se sorprendiera y lo mirase.

-Qué pasa? -preguntó el más alto.

-Me has... -el ojirrosa no lo dejó terminar.

-Hay algún problema con eso? -preguntó éste.

-No... creo. -contestó dudoso el pelinegro.

-Venga, no seas así -soltó su mano y rodeó su cuello con su brazo-. Tienes que ser más alegre.

-Por qué? -preguntó, retóricamente, el ojiazul.

-Da igual... -dijo apartando la mirada el de dientes afilados, sin dejar de rodearlo con su brazo.

Siguieron caminando, hubo un momento en el que el más bajo rodeó el cuerpo de su pareja con su brazo, haciendo que éste lo mirara y sonriera.

Varios minutos después llegaron a su destino: la piscina privada más cara del lugar.

-Es aquí. -afirmó el pelirrosa sin soltar a su amado.

-Entrar en esta piscina es muy caro. -dijo el pelinegro mirando a su pareja, quien le devolvió la mirada.

-Pues la tenemos para nosotros dos esa tarde. -el de ojos magentas le sonrió.

El chico de cabello negro lo miró con los ojos muy abiertos de la emoción. Miró el edificio, se veía muy lujoso por fuera, así que no quería imaginar cómo sería por dentro.

~•~•~•~•~•~•~•~

Ambos sacaron la cabeza del agua en cuanto tocaron la pared de la piscina. Jadeaban intentando coger aire.

-Otra? -preguntó el pelirrosa, aún jadeando.

-No. -respondió el azabache saliendo de la piscina. Esto sorprendió a su pareja.

El ojirrosa salió también de la piscina y fue con su pareja, quien estaba secándose el pelo con una toalla. Lo abrazó por detrás, tomándolo casi por sorpresa.

-Te diviertes? -le preguntó en un tono coqueto.

-Si, es mejor cuando no hay nadie que te moleste. -le contestó el pelinegro.

-Sabes? Estamos los dos solos y no puede entrar nadie hasta las 8 -empezó a decir el pelirrosa-. Sabes a dónde quiero llegar?

-No. -respondió sin mirarlo el ojiazul.

El más alto apoyó su cabeza en el hombro de su novio- Y si hacemos "otra cosa" en la piscina? -volvió a preguntarle seductoramente.

Entonces fue cuando el más bajo entendió la indirecta. Éste volteó a ver a su novio, quien lo acorraló contra la pared, sin dejarle escapatoria.

-Qué me dices? -susurró el pelirrosa a escasos centímetros de sus labios.

Mi Mayor DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora