La piscina del placer

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El de ojos color del mar tragó saliva nerviosamente y asintió con timidez. El ojirrosa sonrío levemente, dejando ver sus dientes al más bajo, y lo besó.

Su primer beso.

Siguieron caricias por parte del de cabellos rosados y besos por todo el torso de su pareja, quien intentaba ahogar sus jadeos y leves gemidos.

-Haru... Quiero hacerte mío ahora~ -susurró con tono seductor el más alto al oído de su novio.

El pelinegro volvió a tragar saliva, nervioso. Acto seguido, el ojirrosa lo cogió en brazos y se tiró a la piscina con él. Una vez sacaron la cabeza del agua, el de dientes afilados acorraló al más bajo contra una de las paredes de la piscina y empezó a besar su cuello.

-Haru... -dijo el mencionado- quiero morderte...

El ojiazul no sabía si dejarlo o no debido a la forma de sus dientes, finalmente accedió.

-Hazlo, pero no muy fuerte.

Esto hizo que el de ojos magentas saliera de todo miedo que tenía al ser su primera vez. Intentando no dañarlo, mordió su cuello, a lo que el pelinegro respondió con un grito.

-Estás bien? -se preocupó el de mayor estatura.

-Si... Tranquilo... -respondió el otro chico acariciando su cabello y besándolo.

Continuaron. El chico de ojos y cabello a juego bajó sus trajes de baño, dejando a la vista sus miembros.
El de mayor estatura puso a su pareja dándole la espalda e hizo que su trasero se inclinase un poco hacia atrás.

-Listo? -preguntó en su oído.

-Hazlo... -dio permiso a su novio para que metiera su miembro en su entrada- Ah~!

-Estas... muy apretado... -el pelirrosa empezó a moverse lentamente, hasta que el azabache empezó a pedir más.

-Rin... M-mas... Mas fuerte... -gemía el más bajo.

Los gemidos de Haru excitaban cada vez más a Rin, y empezaba a moverse más rápido y fuerte, ya no era capaz de contenerse.
Cambiaron de postura (aunque fuese difícil dentro de una piscina). Rin cogió a Haruka en brazos, haciendo que éste rodeara su cuello y cintura con sus extremidades y quedando un poco más arriba del miembro del de ojos magentas. Cuando estuvieron bien posicionados, volvieron las embestidas por parte del más alto y los gemidos por parte del azabache.
En esta postura le era más difícil al pelirrosa moverse.

-Muévete conmigo~ -susurró el ojirrosa a escasos centímetro de los labios de su novio.

El pelinegro asintió tímidamente y empezó a dar pequeños saltos sobre el miembro de su activo.

-Ngh~ -el pelirrosa intentaba ahogar los gemidos y jadeos, pero de vez en cuando salía alguno de su boca que excitaba increíblemente al más bajo.

-Rin... N-no puedo m-mas... M-me voy a...

-Vas a acabar ya? T-tan pronto? -dijo el pelirrosa con tono coqueto sin parar las embestidas.

- N-no aguanto más... V-voy a... -seguía gimiendo el ojiazul.

-Venga, sigue gimiendo para mí~ y acabemos juntos~ -pidió sonriente el de dientes afilados, dejando ver a éstos.

Finalmente, ambos acabaron, Rin dentro de Haru y éste último en el agua de la piscina.
El pelirrosa terminó por sacar de la piscina a su novio, dejándolo tumbado en el bordillo de ésta frente a él. Según él, era una hermosa vista.
No pudo aguantar la tentación y lamió el ano del más bajo, haciendo que éste soltara un gemido más alto que los demás por la sorpresa de sentir la lengua de su pareja tocar su entrada y limpiar todo el semen que este último mencionado había dejado dentro de él.

-Probablemente no podrás andar por una semana~ -susurró el pelirrosa una vez se tumbó a su lado.

-Como me fastidies para nadar se parto los huevos. -le amenazó el azabache mirándolo a los ojos, causando un miedo inmenso en su pareja.

Mi Mayor DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora