Mi Mayor Deseo

Sin poder nadar

El móvil del más alto empezó a sonar. Éste se levantó y fue a apagar la alarma que indicaba que les quedaban 10 minutos allí.

-Vístete, nos tenemos que ir -le indicó el de dientes afilados.

Su pareja obedeció, se levantó y se vistió. Justo a las 8 en punto, salieron de allí.
Por el camino el de ojos magentas rodeaba el cuello del de menor estatura con su brazo derecho y éste rodeaba su torso con su brazo izquierdo. Entonces fue cuando los primeros signos de dolor hicieron su aparición en el azabache, que empezó a cojear.

-Haru? Estás bien? -se preocupó el más alto.

-Estoy cojeando... no puedo caminar bien... -empezó a decir el ojiazul. El rostro del pelirrosa se tiñó de temor, sabía lo que le esperaba.

-Eh... N-no pasa nada... S-se te pasará... -empezó a tartamudear por el miedo.

-Pero... por ahora... -lo miró con una ira creciente en sus ojos- no podré nadar...

- S-si puedes, p-pero si te duele mucho... -intentó excusarse el más alto.

-Voy a matarte... -la ira crecía en el azabache.

~unas horas después~

-Haru-chan! Rin...chan?

Ambos cojeaban, el pelirrosa más que el ojiazul.

-Qué les ha pasado? -preguntó el castaño.

-No puedo nadar por su culpa... -respondió de mala gana el azabache.

-Eh, que por tu culpa yo tampoco puedo nadar! -exclamó el pelirrosa, intentando defenderse.

-Te lo mereces! -volvió a responder el ojiazul.

-Eh... alguno nos explica qué paso? -preguntó confuso el más bajo.