Aclaración: Detroit: Become Human no me pertenece.
Crisis
Era el día libre de Hank, y habían decidido en salir a dar un paseo a Sumo –y a Connor, pues el mayor se sentía mal de que estuviera encerrado casi todos los días-, además aprovecharían de ir a comprar lo que faltaba en su casa ya que desde que estaba el androide debía comprar más comida, puesto que él decía que era lo mínimo para preparar platos con los nutrientes necesarios.
Decidieron pasar por el parque, era uno inmenso en que se veía niños jugar, personas trotando y muchas aves. Sumo vio a otros perros y corrió hacia ellos arrastrando a Connor con él provocando la risa de Anderson. Mientras Sumo jugueteaba con los otros canes el androide se dedicó a observar su entorno percatándose que era el único androide, no era algo de importancia en realidad pero le había llamado la atención. Tal vez los androides no necesitaban salir al parque.
Salió de sus pensamientos cuando un niño de 5 años de edad (y sin antecedentes) chocó mientras jugaba con otros niños y cayó al suelo. Connor se inclinó para ayudarle a levantarse pero al alzar la mano le llegó un manotazo acompañado de un grito entre enojado y asustado.
-¡No le hagas nada, asesino!- era una señora de 36 años (sin antecedentes) que al parecer era la madre del infante.
-Yo solo iba a ayudarle a levantarse, señora-.
-¡Mamá, tengo miedo!- el niño se escondía tras la señora.
-No les haré na...-pero fue interrumpido por un golpe en plena cara de una cartera.
-¡Corre amiga, yo lo distraigo!-.
Sin darse cuenta estaba rodeado de señoras que le pegaban con objetos como carteras, chaquetas y hasta pequeñas ramas, algo que no le harían un daño real a su cuerpo, pero no le dejaban darle explicaciones.
Ya cuando la primera señora se encontraba bastante lejos, rápidamente el grupo de alejó a pasos rápidos de donde se encontraba él – ¡Y espero que no te vuelvas a aparecer por aquí, mounstro!- le gritó una de las mujeres con una mirada temerosa.
Había quedado desconcertado mirando como el grupo de señoras con sus hijos se alejaban murmurando de que como era posible que dejaran entrar androides al parque siendo ellos tan peligrosos. En ese momento Hank se acercaba con un bebestible y una galleta para su mascota, pero reparó en el LED amarillo que tenía su amigo.
-¿Pasó algo?- dijo mientras fruncía el ceño.
-No, nada importante- le sonrió para dar mayor confianza, pues en un manual que se encuentra en su memoria indicaba que eso ayudaba a dar seguridad a las palabras.
Hank entrecerró los ojos pero no tenía pensado interrogarle.
-Vamos al supermercado que queda a la vuelta, es el que queda más cerca- decía Hank- y cerca también queda una tienda que venden unas donas espectaculares, ¿qué te parece?- dijo.
-Opino que no es una buena decisión para su salud, teniente- le respondió –Su nivel de colesterol es bastante alto y para los 53 años que tiene puede ser riesgoso- le dijo calmadamente.
-Pura mierda- le dijo.
Ya habían llegado al supermercado pero vieron un letrero que indicaba que no podía entran mascotas, por lo que se decidió que Hank entraría y Connor se quedaría con Sumo. Tras darle las indicaciones de lo que debía comprar, que podría comprar de extra y no, el canoso entró.
Estaba mirando el cielo, el sol se encontraba sobre él y confirmando con su reloj interior confirmó que ya era medio día. Cuando llegaran a la casa él prepararía la receta de una carne al horno acompañado de varios vegetales, además de preparar un jugo completamente natural, solo esperaba que no se demorara mucho en las compras.
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Connor, el divergente.
RomanceYa habían pasado meses desde la llamada "revolución androide", y Connor debía aprender como es vivir libre, tener sus propias decisiones. Y aprenderá sobre una emoción que cambiará su vida por segunda vez. Yaoi.