Aclaración: Detroit: Become Human no me pertenece.
Incómodo.
La luz del sol que entraba a través del vidrio de las ventanas lo había despertado. Lentamente abrió los ojos con la molestia de aquel brillo intentando orientarse, puesto que no se encontraba en su cama. Se sentó mientras intentaba acomodarse aún cegado.
Cuando se acostumbró a la luz, pudo darse cuenta de que se encontraba recostado en el sillón de su sala. Tocó su cabeza por la molestia de la resaca. No se acordaba como llegó allí.
Intentó observar vagamente su alrededor por si encontraba alguna pista o aunque fuera una pequeña señal que permitiera acordarse de que jodidamente era lo que pasó.
Pero nada.
Se levantó y se dirigió al baño para refrescarse la cara, tal vez así podría pensar de mejor manera. También le extrañaba no escuchar a Connor sobre las noticias matutinas que veía en la tele o el ruido de la cocina mientras cocinaba el desayuno.
Con un paso cansino casi arrastrando los pies llegó al baño. Abrió lentamente el grifo del agua y con sus manos se lavó la cara. Tras secarse la cara se miró al espejo para ver que tan mal se veía su rostro tras beber después de mucho tiempo sin haberlo hecho. De seguro tenía una cara de mierda.
Tras un rato examinándose y confirmando que su suposición era cierta, se percató que estaba vestido con una ropa más formal de la que comúnmente utilizaba.
Se esforzaba en intentar recordar cómo terminó durmiendo en el sillón sin haberse cambiado siquiera de ropa. Había salido con Gladys y amigas de ella. Conoció a Susan, esa simpática y atractiva mujer. Recordaba sentirse atraído levemente por ella.
Se tocó la sien.
-Mierda- aún sentía unas pequeñas palpitaciones en su cabeza. Dejar el alcohol por bastante tiempo le habían bajado la resistencia que tenía a ella.
Siguió intentando recordar lo que había pasado.
Mientras recorría la casa por si encontraba a su amigo, realmente era extraño no encontrarlo al inicio del día. Hubiera pensado que sacó a pasear a Sumo si no fuese porque éste se encontraba recostado en los pies del sillón.
Miró el reloj y grande fue su sorpresa al percatarse que ya eran pasadas las 9 a.m.
Mierda, estaba atrasado.
Y más preguntas aparecían por su mente. Connor había ido a trabajar sin él. Siquiera lo había despertado.
-Puto androide- murmuró.
Sin embargo, seguía sin recordar que era lo que había pasado anoche. Tal vez dentro de esa laguna que tenía estaba la explicación de por qué el menor había ido a trabajar sin él. ¿Habían peleado? En vano se esforzaba en recordar.
Pero no podía perder más tiempo.
Se dirigió a su habitación para cambiarse de ropa a una más limpia -la ducha ya fue descartada del plan de aquella mañana- para ir a trabajar.
Cuando se cambiaba la ropa interior sintió el olor de sudor mezclada con semen. Levantó la ceja extrañado. Al parecer había tenido una noche movida.
Se puso los calzoncillos limpios y se sentó en la cama. Ahora tenía una nueva pista ¡cómo era tan imbécil para no recordar que mierda era lo que había pasado! Cerró los ojos para concentrarse.
Recordaba a Susan. También recordaba que entre tanto abrazos e insinuaciones que le había dado se sentía caliente, pero intentaba disimularlo. Susan se percató de ello. Se acordaba que conversaron, le contaba entre ebrio y avergonzado que hace bastante tiempo no se relacionaba con alguna mujer, que estuvo mucho tiempo con depresión.

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Connor, el divergente.
RomanceYa habían pasado meses desde la llamada "revolución androide", y Connor debía aprender como es vivir libre, tener sus propias decisiones. Y aprenderá sobre una emoción que cambiará su vida por segunda vez. Yaoi.