Volviendo al trabajo

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Aclaración: Detroit: Become Human no me pertenece.

Volviendo a trabajar.

Connor estaba ansioso, hoy retomaba su trabajo en el departamento de policía.

Andaba con una camisa celeste y unos pantalones negros –ropa que le había pedido a Hank para poder vestirse adecuadamente para el trabajo- y antes de llegar se había asegurado de que Sumo tuviese el alimento necesario para un día sin él.

Observaba el lugar, no había cambiado en nada en todos estos meses. El escritorio de Hank estaba desordenado como siempre, pero el escritorio de enfrente se encontraba ocupado por una joven mujer de pelo negro y corto. Hank no le había mencionado aquello en ninguna de sus conversaciones –o al menos no lo tenía registrado-. Le preguntaría al teniente al respecto, pero antes, tenía una reunión con el capitán Jeffrey Fowler, y eso era algo que temía.

Con la ayuda de Hank –bastante ayuda- pudo volver a poner pie en el departamento de policía, sin embargo no olvidarían que noqueó a un policía y más encima en el mismo establecimiento policial, y si contaran (y se supiera) sobre los soldados de Cyberlife ni siquiera podría haber trabajado como policía. Hank tuvo que haberse esforzado bastante.

Eso le hizo sonreír.

-Connor, a mi oficina- dijo su superior asomándose a la puerta sacandolo así de sus pensamientos.

-Enseguida- y rápidamente entró.

Connor no se molestó en sentarse, y mientras Fowler ordenada unos papeles prefirió preguntar sobre el escritorio ocupado.

-Disculpe, quisiera saber el por qué el escritorio donde trabajaba anteriormente se encuentra ocupado-.

-Antes que nada, quiero que sepas que no trabajarás con Hank- dijo tajante el capitán -Bueno, no tan directamente. Ahora él se encarga de la logística, aunque no quiso aceptar el ascenso de todas formas tiene mucho papeleo que hacer- lo miraba seriamente.

-¿Y qué haré yo?- dijo apenado, no esperaba aquel cambio.

-Tú como recién estás ingresando oficialmente como integrante del cuerpo de policía entrarás como oficial. No te pondremos a prueba porque Hank te recomendó, pero si hubieras sido cualquier otro te tendríamos como un cadete solamente.

Connor se sentía desilusionado, una de las razones de volver era el hecho de trabajar nuevamente con Hank.

-¿Pero no puedo hacer algo al respecto?-.

-Mira, ya estás empezando por escalones más altos que cualquier persona que entra, si tanto piden igualdad de derechos y esas cosas, empiecen por ser tratados como cualquier persona.

Estaba enojado pero él tenía razón, no tenía por qué ser tratado con privilegios.

-Está bien- dijo aún con el ceño fruncido.

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Se encontraba sentado como copiloto en una patrulla, molesto.

No había ni salido de la oficina tras firmar los contratos, le pasaron su uniforme y lo enviaron a una misión, pues tenían que ir a ver una casa cuya vecina había escuchado gritos y temía que algo hubiese sucedido. Sin embargo, lo enviaron tan apresuradamente que no pudo conversar con el teniente al respecto de que si sabía o no que ya no serían compañeros propiamente tal.

Ahora quien manejaba y ocupaba el puesto de Hank en el auto se trataba de un muchacho llamado Michael Brown, con 25 años y sin antecedentes. Éste era un poco más bajo que él, castaño y de contextura delgada pero con un físico trabajado como corresponde a un policía.

Connor, el divergente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora