Capítulo 21 - Compañera de viaje

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Capítulo veintiuno.

Días después.

Le había comentado a Jaden y a Madison que me iría después de cumplir los dieciocho, así que ya había empezado a empacar.

Ése era mi último día internado y encerrado en ese maldito reclusorio. O al menos así le decía yo.

Jaden llevaba ahí más de cuatro semestres y sus padres no daban ninguna señal de vida más que cuando pagaban las colegiaturas. Eso me hizo sentir mal.

Una punzada de despecho me recorrió mientras cerraba mi mochila. Era por saber que vería de nuevo a mis padres. Lo que más me mantenía en mis cabales era que iba a volver a ver a mi hermano Nick, y de ahí en fuera no me emocionaba nada más.

Sí, ni siquiera el simple hecho de que ya sabía que ____ había regresado a Washington dos días antes que yo.

Madison me estaba esperando en el umbral de la puerta, sonriéndome.

-¿Listo? -me preguntó.

-Sí. Te extrañaré, Mad.

-Yo también, Kendall. Igual y voy a visitarte después.

Me plantó un beso en la comisura de los labios. Le sonreí y le di a entender que era tiempo de irme.

Ya en el aeropuerto, Jaden me había acompañado. No había querido que Madison fuera también, sólo por el simple hecho de que no quería.

Aunque me había prometido a mí mismo intentar quererla, no lo logré. Y tampoco logré dejar de querer a ____, mucho menos.

-Te llamaré cuando llegue-le dije, dándole a Jaden las últimas palmadas en la espalda.

-Ve con cuidado. Arregla las cosas con ___. Sé que ella te sigue queriendo-me sonrió.

-Lo intentaré.

Nos dimos la mano por última vez, y abordé el avión. Sí, a este tipo lo extrañaría muchísimo. En el corto año que conviví con él, supe que no había muchas personas como Jaden.

Cuando entré al avión, me senté en el asiento que daba hacia la ventanilla. Bien, me encantaban esos asientos.

Minutos más tarde, sentí que alguien se sentó a lado de mí. Giré la cabeza y la vi ahí. Estaba leyendo una revista.

-Pensé que te habías ido antes-le dije sin mirarla.

-¡Ah! Hola, Kendall.

-Hola.

-Sí, me hubiera gustado regresar antes pero no había vuelos. Lamento decepcionarte-me sonrió con ironía y le dio vuelta a la página.

-¿Por qué actúas así conmigo? Dime porqué.

-No tengo ningún por qué.

-O sea que sólo lo haces porque te gusta hacerme sentir mal, ¿no?

Cerró la revista con un golpe seco y se quedó mirando hacia al frente, como si la persona que le estaba hablando estuviera justo ahí.

-¿De qué hablas? Kendall, no planees que yo quiera hablarte bien, puesto que me has cambiado por una tipa con buen cuerpo.

-¿Ves que ella esté aquí? -le exclamé-. Claramente no. Y entérate: eres la única razón que tengo, aparte de mi hermano, para volver a Washington.

-¡Vaya! Es bueno saber eso.

-¿Qué sucede contigo? Necesito saberlo.

-No pasa nada conmigo.

-¿Debería?

-No lo sé, te pregunto a ti.

Echó la cabeza hacia atrás y rio.

-¿Por qué crees que tengo algo?

-Actúas extraño conmigo desde que me viste esa noche en el bar. ¿Recuerdas? El día de nuestro cumpleaños.

-¿Olvidas que somos hermanos? Intento no encariñarme mucho.

-Esa no es una excusa.

La azafata anunció que nos pusiéramos los cinturones. Ambos obedecimos, y segundos después el avión comenzó a avanzar. Al poco tiempo empezó a elevarse.

-Yo también lo intenté, y mírame. Estúpidamente loco por ti.

-Tienes que controlarte mejor.

-Estoy totalmente controlado. La causa eres tú. Yo no quería sentir nada por ti desde que me enteré.

Me hizo un ademán con la mano e hizo que me callara. Entendía que no quería hablar, y yo tampoco, sólo porque el ascenso del avión había hecho que los dos nos sintiéramos mal.

-Vale. Yo también sentía algo demasiado fuerte por ti-me dijo.

-¿Sentías?

-Sí. Hasta que me enteré que me mentiste, y de la horrible verdad.

-Mira, ___, yo no sé mucho de esto. No sé ni siquiera cómo. Mi padre no es mi padre. Ellos no son mi familia, nuestra sangre es diferente, sólo sé que tu madre es mi madre.

-He ahí tu respuesta. ¡Tú solo te has respondido! Ahora entiendes por qué intento olvidarme de ti.

Bufé y me acomodé en el asiento. ¿Olvidarse de mí? Sí, claro. Era casi tan posible como que yo me olvidara de ella. No podría si lo quisiera. Es más, no quería siquiera olvidarme de ella.

-No podrás olvidar la manera en que nos amamos.

-Ya lo he hecho.

-No te creo-le respondí burlonamente.

-Ah, ¿no?

-Si te hubieras olvidado de mí, y de lo que vivimos, simplemente me hubieras ignorado. ¿O no?

-Soy educada-dijo levantando la barbilla.

-Madura un poco.

Ahora fue ella la que bufó, pero ya ninguno de los dos habló. Dos horas después el avión aterrizó, y me di cuenta que se había quedado dormida.

Era loco lo que iba a hacer, pero tenía muchas ganas de besarla.

Me acerqué a ella y besé su mejilla, después su barbilla y por fin, sus labios. Fue un pequeño beso, y ella despertó, alterada.

-¿Por qué hiciste eso? -exclamó desabrochándose el cinturón.

-¿Te molesta? -me reí-. Me lo hubieras respondido, porque eres educada-me burlé.

-No eres gracioso-dijo prudentemente y se levantó, para después tomar su bolsa.

-¿Me permites acompañarte? Por favor.

Ella asintió con una sonrisa discreta.

Ambos bajamos del avión, y al pasar por el pasillo de llegada, ella tropezó con uno de los listones de su maleta y casi cae al suelo.

Pasó casi como en una película, así que yo la atrapé antes de que ella cayera.

-¿Estás bien? -le pregunté.

-Sí, estoy perfectamente. Suéltame.

Enarqué las cejas y la dejé de pie. Se acomodó la blusa y sin decirme nada más, corrió con su madre, quien estaba esperando de brazos cruzados apoyada sobre la pared.

Con la mirada busqué a mis padres. Hasta el fondo estaban ellos, sonriéndome. No pude devolverles el gesto, estaba más que enojado con todo el mundo. Como esas veces en las que pasas por mucha gente y quieres golpear a todos, así.

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Mañana si me siento mejor y no me desmayo subo mas caps.

I want you to stay - Kendall Schimdt y Tu * TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora