Capítulo 23 - " Necesito que te quedes..."

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Capítulo veintitrés.

Era media noche. ____ yo estábamos acurrucados sobre la cama. Yo la abrazaba y ella me daba la espalda. Necesitaba tenerla conmigo en esos momentos, después de todo lo que había pasado.

Pensaba que sería fácil olvidarme de ella, pero me equivoqué. Era la persona que más quería en el mundo, ¿en serio pensé en alejarme de nuestros recuerdos y dejar que fueran solo eso? «Recuerdos».

-¿Qué piensas? -le pregunté al sentir que suspiró ansiosa.

-Nada. Es sólo que... me agrada estar contigo-rio y se giró hacia mí, sonriendo.

-No me mientas. Sé que pasa algo.

Quitó mis brazos de su cintura y se sentó en flor de loto, con las manos juntas y la cabeza agachada. Íbamos de nuevo...

-No hagas eso-le dije firmemente-. ¿Qué tienes?

-Pensándolo y viéndolo bien, razonándolo... No vamos a buscar a nuestra madre-carraspeó-. Sólo a la mía. Tu madre es mi madre, ¿no lo dijiste? No entiendo.

-Viniste acá para explicarme y eres tú la que termina con dudas-le sonreí.

-No lo había visto de esa forma. Hablo en serio. Hay muchas cosas que no entiendo, que hay que resolver tú y yo solos.

-Eso me quedó más que claro.

-¿Qué pasaría si tú y yo... fuéramos hermanos de sangre? -preguntó en voz baja.

-Lo veo imposible.

-¿Crees?

La miré fijamente a los ojos. Sí, creía. No podíamos ser hermanos. Simplemente no éramos iguales en ese sentido. Lo que nos unía era el cariño incondicional que nos dábamos a pesar de todo.

Se acercó para besarme una última vez. Se bajó de la cama y tomó sus sandalias. Abrió la puerta aún descalza.

-¿Te vas tan pronto? -le dije, levantándome de la cama y caminando hacia ella.

-Mi madre ha de estar volviéndose loca.

-No es tu madre, recuerda.

-Aún no lo sé. No sabemos nada. Hasta que tengamos respuestas, seguiré viviendo con ella y viéndola como mi madre-dijo sin titubeos. Retrocedió unos pasos al escuchar lo que ella había dicho.

-Está bien-asentí y emparejé la puerta-. Pero no voy a dejar que te vayas. Necesito que te quedes. ¿Te molesta?

-¿Por qué quieres que me quede?

Tomé su cara entre mis manos y le sonreí. Besé su frente, sus parpados, sus mejillas, y por último sus labios. Nos perdimos en un beso que nos llevó a cerrar completamente la puerta y volver a la cama.

No pasó nada más. No era prudente que hubiera pasado otra cosa. Pero de que quería que pasara algo, eso no lo iba a negar.

-¿Te irás? ¿Estás segura? -le susurré.

-Me convenciste.

Fue lo último que me dijo antes de que nos quedáramos dormidos. En toda la noche no nos separamos. Al contrario, cada que podía, ____ entrelazaba sus piernas con las mías y no se apartaba de mi regazo.

En la mañana, desperté primero que ella. La vi durmiendo todavía plácidamente con una sonrisa y decidí no moverme. Le acaricié el cabello para que despertara sin molestarse.

La sentí revolverse.

-¿Ya despierta? -me reí.

-¿Qué hora es? -dijo con una voz apagada por el sueño.

-Diez y media.

-¿Me dejarás ir?

-Claro que no-le sonreí y le planté un beso en la mejilla.

No me soltó. Ni yo a ella.

El sonido del pomo de la puerta hizo que nos separáramos y viéramos hacia la entrada. Era mamá.

-¿Kendall...?

______ se sentó sobre la cama, pasándose un mechón de pelo detrás de la oreja, y se mordió el labio para evitar una sonrisa de vergüenza.

-Pide permiso para entrar la próxima vez-le dije fríamente y me levanté, poniéndome los zapatos.

-No sabía que estarías ocupado.

-Aunque no lo estuviera, pide permiso.

-Vamos a desayunar.

-No tengo hambre. Tengo que llevar a ____ con su madre.

Ella suspiró y ____ se apareció a mi lado de pronto. Le tomé la mano y miré a mi madre, retándola. ¿Creía que me iba a separar definitivamente de ella? Se equivocaba. Y mi padre también.

-No llegues muy tarde-me dijo mamá.

-Voy a llegar a la hora que yo quiera.

-Mira, Kendall, ni siquiera va a ser necesario que la lleves a casa-dijo viéndome a los ojos, y después de un rato miró a ____-. Tu madre está abajo, esperándote. Y tú, hijo, tú te quedas aquí arriba.

-No.

____ apretó mi mano y enredó su otra mano en mi brazo. Miedo.

-Sinceramente, señora, no voy a dejar que me separen otra vez de Kendall.

-Eso no depende de mí. Baja. Kendall, quédate aquí.

- ¡No!

-.....

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CHAN CHAN :O okno ?)

I want you to stay - Kendall Schimdt y Tu * TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora