Capítulo 12 - La noticia

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Capítulo doce.

A la tarde siguiente, bajaba las escaleras, mandándole un mensaje a ____. Mi padre me distrajo por un momento y casi caigo desde el cuarto escalón.

-Cuidado-exclamó.

-Sí, estoy bien-dije, tratando de mantener el equilibrio.

-Vámonos ya.

-Pensé que iríamos a la hora de la cena.

-El camino es largo. Ve por las llaves del auto, ¿sí?

-¿Dónde están? -metí mi celular en el bolsillo trasero del pantalón.

¬-En un cajón de mi escritorio. Por favor.

-Voy.

Di grandes zancadas hasta llegar al despacho. Caminé al escritorio y abrí los cajones de hasta arriba. Nada. Abrí los siguientes; tampoco. Tenían que estar en los de hasta abajo. Empecé a rebuscar en el inferior derecho. Varios sobres y papeles salían de la nada. Estaba a punto de rendirme cuando vi un sobre de la factura de un auto. Lo abrí y, casualmente, era de un Corvette 2012, color rojo. Era el auto de____. Hasta el fondo del cajón, encontré las llaves. Las tomé y metí el sobre en la cinturilla del pantalón, y salí furioso del despacho.

-Toma-le dije, dándole las llaves.

-Gracias, Kendall. Sube al auto.

-Ah, hablando de autos, explícame algo...-saqué el sobre y lo puse frente a su cara-. No entiendo.

-¿Qué no entiendes?

-Ayer fui a casa de ____, y me mostró su auto.

-Qué bien-respondió con indiferencia.

-Un Corvette dos mil doce color rojo. ¿Te suena? -levanté las cejas.

-Kendall...

-¿Por qué se lo compraste?

-¿Por qué no? Hablaremos en casa de...

-No. Acláramelo ahora. Le compras cosas para que le caigas bien, ¿no?

-Ella cree que estoy muerto, Kendall. Sube al auto y hablaremos en casa de tus abuelos. Por favor-me dijo, al ver que me cruzaba de brazos.

-Está bien-resoplé y salí por la puerta principal.

Todo el camino fue silencio.

Mi hermano solo me molestaba, pegándome en el brazo o en la pierna. No dije nada porque sabía que si protestaba o me quejaba, mi padre se pondría de peor humor conmigo.

-Llegamos-dijo él, bajando del auto. Fui el último en salir de este, y me detuvo-. No quiero que estés así todo el tiempo, ¿sí? Hablaremos, pero necesito paciencia.

-¿Paciencia? ¿Paciencia, de mi parte? -le grité, apoyándome sobre el cristal.

-¿Te cuesta mucho?

-¡Sí!

-Pues contrólate, o no lograrás nada conmigo.

-Ya no me interesa. Sinceramente, no me interesa. No eres mi padre, no me importa-gruñí. Había ido demasiado lejos esa vez.

Sabía que si me quedaba ahí, probablemente me soltaría un sermón, o peor, un golpe. Jamás lo había hecho pero ya había agotado su paciencia. Corrí hacia la avenida y tomé un taxi, en dirección a la casa de _____.

-¿Qué sucede? -preguntó al abrir la puerta. Al parecer había planeado dormir todo el día. Al reconocerme, abrió los ojos de par en par y se agarró el cabello con la mano-. ¡Kendall!

I want you to stay - Kendall Schimdt y Tu * TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora