Acuerdos [Vol 2] [Trilogía Relaciones Toxicas]

Capítulo 14

Narrador Omnisciente 

Asustada Abigail entró en el auto, hizo justo lo que él le pidió, sin reproches ni quejas, lo hizo con el corazón en la mano, sus nervios y respiración alterados y el poco aire que respiraba por que se estaba hiperventilando. Los hombres quienes los observaban desde hace un buen rato comenzaron a avanzar en su dirección, él aprovechó y entró lentamente en auto como si no se percatara de ellos, lo encendió puso reversa lo más rápido que pudo y salió del lugar.

— Abigail, mira si nos siguen. — Le dijo pensando en ese momento lo peor.

— Creo que sí, una camioneta color gris, viene tras nosotros. 

— ¡Joder, ahora no! — Gritó él guiando el auto a un lugar donde no los siguieran o siquiera pudiera perderlos. 

Entraba por las calles sin detenerse mientras la desesperación transitaba por sus venas y la adrenalina subía a niveles críticos. Por su mente pasaban varias preguntas ¿Quiénes eran las personas que los seguían? ¿Cómo sabían dónde estarían? Le angustiaba saber que por su culpa lastimaran a Abigail, para él su vida no le importaba demasiado pero, la vida de Abigail era lo que quería proteger, pensó en ese momento angustiante que ella  tenía una vida por delante y no quería ella saliera lastimada, o en el peor de los casos, que su vida terminara justo por no hacer caso a Samira. 

Siguió conduciendo a gran velocidad, pues ya veía que la camioneta de color gris se acercaba más a ellos. Estaba a punto de llegar a un lugar donde él creía que los perdería, dio vuelta en la esquina y creyó que los había perdido pero,  se encontró con aquella camioneta gris frente a él. 

 — ¿Cómo diablos saben mis movimientos ? Más aún ¿De qué manera habían llegado tan rápido si los habíamos perdido? 

Dejó de cuestionarse y terminó por enfrentarlo.

Abigail no sabía que pasaba, pensaba que estaba en una persecución de esas que mayormente suelen ver en la TV en New york. Pero, era diferente, esta vez ella era quien la protagoniza, no sabía el motivo del por qué la seguían y él tampoco le daba alguna explicación por que igual que ella estaba realmente confundido. 

— ¿¡Qué está pasando, Sebástian!? — Gritó asustada, ella tomó de su mano tratando de aferrarse a él para tranquilizarse.

Él la mira preocupado sabe que podría ponerla en peligro y no lo quiere hacer.

— No lo entenderás, te lo explicaré luego. Ahora hay que perderlos. — Le dijo para tratar de calmarla.

Aceleró lo más que pudo, la camioneta seguía detrás de ellos.

— Si no me detengo me seguirán hasta el club. No puedo llevarlos allí.

Aparcó en un callejón un poco solitario, lucía abandonado perfecto para cualquier enfrentamiento, tomó el arma cargada y la guardó en su bolsillo sin hacerla notar. Abigail se había desmayado y era lo mejor para él cargar con ella en medio de todo esto sería una pérdida de tiempo y más que la pobre chica apenas sabía lo que ocurría en la vida de estos individuos. 

La camioneta aparcó una calle antes, los cuatro hombres salieron, no se les veía arma o algún otra cosas que pudiera amenazar a Sebástian. Había uno de ellos que sonreía, parecía haber conseguido lo que quería.

— A ver cabrones, ¿quién los mandó? —  Les dice Sebástian mirándolos fijamente esperando que se les borrara esa risa de satisfacción por haberlo hecho detenerse.  

Ninguno habló. 

Ellos solo se limitaban a mirarlo y reir de él, les parecía gracioso que él siquiera tuviera oportunidad contra ellos ya que ellos eran más y él estaba solo y no tendría oportunidad de llamar a nadie en ese momento.