Las tres chicas se despertaron aturdidas. Hermione era la única que recordaba con mayor certeza lo que ocurrió minutos antes en el baño de damas del Caldero Chorreante:
— ¿Ginny, Hermione? ¿Están aquí, les pasa algo?
—P-por aquí Luna... ayu-ayúdame c-con... con Ginny...
— ¡¿Pero, qué les pasó?!
— N-no sa-sabemos... Lleg-ando aquí nos... nos sentimos muy mal... Ginny ha vomitado mu-mucho, e-está débil... Y yo... yo también...
— Mmm... debió ser tanta cerveza de mantequilla. Ya ven, tomar en exceso es malo. A ver, ¡Uunngghh! Sí que pesan.
— E-el me-mesero... nos vio entrar... no-no dejaba de vernos...
— Ya, ya, tranquila Hermione. Verás que con un poco de agua te sentirás mejor. Vamos, no me suelten mientras abro el gri...¡AAAAHHHHH!
— ¡Aaayyy, mi cabeza! — se quejó Ginny al despertar.
— ¿Qu-qué es esto? ¿Dónde estamos? — le preguntó Luna a la castaña cuando despertó.
— No lo sé — contestó Hermione —. Por como se ve, creo que estamos en...
— La Casa de los Gritos, querida sangre-sucia — contestó una voz desde la puerta de la habitación —, y aquí serán mis huéspedes hasta que venga mi presa.
Al voltear hacia donde provenía la voz, las chicas se quedaron petrificadas. Ahí, justo frente a ellas, apuntándoles con su varita estaba Bellatrix Lestrange, la mortífaga mano derecha de Lord Voldemort. A su lado estaba el mesero malencarado, apuntándoles también con su varita. Se veía que estaba bajo los efectos de la maldición imperius, pues tenía la mirada extraviada, y estaba en actitud de esperar las órdenes de su ama.
— Ah, ah, ah, no lo harán — dijo la mortífaga, al ver que las chicas intentaban defenderse — ¡EXPELLIARMUS!
El hechizo golpeó a Luna directamente, desarmándola y arrojándola junto a Ginny. Luego se dirigió a ellas amenazadoramente.
— Si no quieren acabar como su tonta amiguita, hagan favor de entregarme sus varitas por las buenas ¡YA!
Las chicas obedecieron, y mansamente le entregaron las tres varitas, regresando a su lugar juntas, contra la pared. A un lado de ellas había una chimenea en ruinas, y al otro una ventana pequeña. De inmediato, Bellatrix hizo brotar del piso y la pared raíces del diablo, que sujetaron fuertemente a las chicas, pero sin asfixiarlas.
— Haz bien tu trabajo, esclavo — le dijo al mesero hechizado —, cuídalas mientras me comunico con mi maestro, y le doy las buenas noticias. Je, je, sabía que se descuidarían al venir aquí a descansar de clases, valió la pena espiarlos diariamente. Tan sólo fue cuestión de intoxicar a la mesera y sustituirla por mi esclavo, lo demás fue sencillo. Si se mueven, ya sabes qué hacer.
Mientras tanto, Rocky continuaba la búsqueda, siguiendo el rastro de la magia de las chicas, pero le era trabajoso por tanto olor diferente de tantos magos y brujas que se divertían en Hogsmeade. Por eso, en un principio no se dio cuenta de que alguien lo seguía.
Harry y Ron se aparecieron en la planta baja de la casa, cubriéndose las espaldas el uno al otro. Revisaron a su alrededor con atención, y determinaron que no había peligro por el momento, pero decidieron seguir juntos para buscar a las chicas. Revisaron la sala, el comedor y la cocina, y ya se dirigían al jardín trasero; cuando de repente escucharon ruidos y lamentos en el piso de arriba. De inmediato reconocieron la voz de Luna, y se precipitaron escaleras arriba.
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Harry Potter y el muggle sabueso
FanfictionLuna Lovegood encuentra a un chico casi muerto en el lago de Hogwarts. Ella y sus amigos logran salvarlo, y se dan cuenta de dos cosas; que es inmune a la magia y que puede ser un peligro para ellos y para todo el colegio. Sin embargo, la magia del...