Recuerdos

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Las chicas esperaban angustiadas el regreso de los muchachos, mientras se reponían de sus heridas en la enfermería del colegio. Hermione tenía algunos golpes y marcas dejadas por la planta que las aprisionaba, Ginny además de eso aún estaba resentida de su estómago por las cervezas de mantequilla; y Luna, quien era la más golpeada, era la única que ocupaba una cama, y lloraba en silencio. Sus amigas no sabían ya qué decirle para consolarla sin que el llanto amenazara con descomponerlas a ellas también.

De repente, sintieron una sacudida del piso; y alcanzaron a ver un resplandor de llamas verdes tras la puerta de la oficina de la enfermería. Un destello de esperanza iluminó sus ojos por un momento, el cual se convirtió en alegría al ver salir a Harry y a Ron de la oficina, buscándolas con la mirada hasta que las vieron y corrieron hasta ellas. Las chicas estaban lastimadas como para correr, pero igual se levantaron y caminaron hasta encontrarse con sus amores secretos, mientras Luna los veía desde la cama con una sonrisa triste, pues notó que Rocky no venía con ellos.

— ¿Cómo estás Luna? — le dijeron al llegar a su cama — ¿Ya te sientes mejor?

Luna asintió con la cabeza tratando de sonreír, y quedamente dijo la palabra "Rocky".

— Rocky está con Madame Pomfrey — explicó Harry —. Lo está revisando, pero ya pronto estará bien.

El rostro de Luna se ensombreció, y quiso preguntar si estaba herido pero el dolor no le permitió hablar. Las chicas trataron de calmarla, pues comenzó a hacer esfuerzos por levantarse.

— Tranquila Luna, cálmate por favor — le dijo Hermione —. Tienes que descansar ahora, Rocky vendrá a verte en cuanto pueda, te lo aseguro.

— Sí amiga — le dijo Ginny —, no querrás que tu galante chico te vea así de decaída ¿verdad?

Hermione miró a la pelirroja con reproche, y ya iba a decirle algo cuando vio que sus palabras surtieron efecto; pues Luna se calmó y volvió a recostarse, limpiándose los ojos con la manga de la bata que traía puesta. Mientras Ginny y Ron la ayudaban, Harry llamó a la castaña aparte.

— Debo decirte algo — comenzó a decir el moreno, y tomando aire continuó —, Rocky recuperó la memoria, y ya sabe quién es.

— ¿De verdad? — contestó Hermione sorprendida, cuidando de que Luna no escuchara —. ¡Ah Harry, eso es maravilloso!

— Sí, pero tal vez no lo sea para Luna — dijo él, apesadumbrado —. Cuando Dumbledore lo sepa, lo enviará a su casa, y tal vez trate de desmemorizarlo para que no recuerde que estuvo aquí... ni que nos conoció.

— Es verdad. Lo había olvidado. Luna se sentirá destrozada.

— ¿Tan grave es? Yo creía que se sentiría triste un tiempo y...

— Ellos se aman Harry. Ginny lo sabía y yo lo sospechaba, y hoy lo confirmamos. Cuando estábamos a punto de desaparecer por la chimenea, vimos claramente que Rocky le trató de decir a Luna "te amo". Y desde que llegamos no ha parado de llorar, esperando que él estuviera bien, por eso se puso así hace un momento, al verlos a ustedes pensó que llegarían con él. Y a propósito, ¿cómo hicieron para llegar aquí?

— Por polvos flu. Ron también traía consigo unos pocos. Afortunadamente, parece ser que su efecto sí funciona con Rocky, aunque claro, debe viajar acompañado por un mago o bruja para que funcione. Hicimos la prueba antes de venir.

— Ah. Y ¿cómo saben que recuperó la memoria?

— Porque nos dijo su nombre. Sabe quién es, y recuerda lo que le pasó antes de que lo encontráramos en el lago.

— ¿Está muy lastimado? Lleva un buen rato con Madame Pomfrey.

— Pues sí algo, pero no se le nota. Al parecer, cuando detuvo con su cuerpo la maldición prohibida; ésta le dejó algunos rastros en el cuerpo y las manos. A él no le afectan más que como unas quemaduras, pero no puede tocar nada ni a nadie; porque podría...

Harry Potter y el muggle sabuesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora