•ᏦᏆᏞᏞᎬᎡ ᎡᎪᏴᏴᏆᎢ•/ VKOOK -pausada-

•2•

El constante ruido apenas inaudible de las voces escolares se hizo presente cuando aquellos tres se quedaron en silencio, en un incómodo ambiente mientras el de cabellos castaños se planteaba cómo disculparse con el menor ¿En qué momento abrió la boca?

— No te preocupes, pasó hace mucho.

— Si yo fuera tú, no perdonaría.— Min dijo mientras los observaba de mala gana, absorto en su perdida mente en lo que lanzaba aquel tipo de broma. Una de mal gusto, aunque bastante típica a ese humor sarcástico proveniente de él.

— Enserio Galletita, no sé como lo soportas.— Miró a Jungkook algo confundido, esbozando una sonrisa contagiosa del menor.

— Ni yo lo sé la verdad, ¿Qué hora es?

— La hora de que te compres un reloj.— Abrazó el cuerpo del chico, mirando su puchero y acariciando con las yemas algunas hebras sueltas que caían por su frente.

— Tan gracioso Hyung.— Con los labios fruncidos dejó escapar un gruñido, dejando que sus dos mayores plasmasen una sonrisa ida.

— Las nueve... Se nos hace tarde, parejita.— Hoseok lleno de entusiasmo por ver al nuevo, dijo al aire, moviendo sus pies en el mismo sítio.— ¡Las clases ya van a empezar!

— Por favor Señor Kim, preséntese a sus nuevos compañeros.

Todos miraron los gestos de aquel apuesto rubio, que mientras se levantaba de su asiento y caminaba hasta la mesa de su profesor sonreía con desgana, incómodo ante aquellos tantos ojos clavados en él.

— Mi nombre es Taehyung, Kim Taehyung, pero pueden llamarme Tae. Estaré aquí hasta final de curso, así que esspero poder llevarme bien con todos ustedes.

— ¿Es verdad que tú padre es un asesino?— Las voces de los alumnos hacían presencia, rebotando por las vacías paredes del aula, gélido y frío.

— Chicos, dejen en paz al señor Kim.

Sin decir nada más el rubio se mordió el labio y se sentó en la primera mesa libre, escondiendo sus manos en los bolsillos de su sudadera, y con la vista en el suelo, nada podía ir más a peor, ¿No?

— Kook, este chico no me convence y seguro que a Nam tampoco, cierto que no carece de belleza, pero aún así no me convence.

— Jiminnie, no hablemos de él aquí, Yoongi te tiene los ojos encima y que nos escuche no sería buena opción.

— Mhñ... Vale, ¿Donde será la reunión? He quedado, y no me gustaría tener que poner la misma escusa de siempre.

— En mi piso, ya sabes, nada de decirle a Jin hyung que vienes, sabes que se pone muy pesado.

— ¿En tu casa? ¿No era en el parking?

— Quiere hablarnos en privado, para que nadie venga ni lo sepa quedarnos en mi casa es lo más rentable.

— Ah Jungkookie. Espero no verte hablar con el nuevo, él también se querrá aprovechar de ti.

— Deja los celos, es estúpido que pienses que por ser bonito todos tendrán doble intención.

— ¿Yo, celoso? Sabes que solo tengo ojos para Yoongi, aunque seamos realistas, tú no estas nada mal...— Se acercó a Jungkook, paseando la punta de sus dedos sobre las mejillas del menor, antes de ser interrumpidos por el profesor, que lo único que el señor quería hacer era explicar las fases atómicas.

— Entonces... ¿El hijo de ese gilipollas está en tu clase?— Sus finos dedos hacían el recorrido circular del borde del vaso, muy concentrado en descifrar la mirada del mediano.

— Así es Jefe, encima Jungkook intentó ligar con él...

— Jimin, deja de inventarte cosas estúpidas. Lo único que hice fué saludarlo porque él lo hizo primero, además tú hablaste de toda la mafia en público.

— Eso, se llama ligar.— Dijo Jimin caminando al regazo de Nam, siendo recibido con un rodeo de caderas, sublime.

— ¡Concentraos! Jimin, no quiero más charlas diciendo nada de ellos dos, menos de "SAE", si alguien se entera de que ustedes dos, los chicos más inocentes y buenos de todo el instituto pertenecen a la mafia más peligrosa de las dos coreas, os aseguro que no acabaríais bien, . Y tú Jungkook, Deseas vengarte del padre del chico ese, ¿No?

Él solo asintió con la cabeza, con las manos acariciando su nuca.

— Oye Nam... ¿Por qué SAE?— Los dedos de Jimin fueron a sus propios cabellos, echándolos hacia atrás como un acto de reflejo, hacia la mirada de su superior.

— Llevas aquí desde que apenas tenías 10 años... ¿Y aún no sabes que significa?

— ¿Eso está mal?

— Que voy a hacer contigo...— Dió un gran suspiro, entre bocanadas de aire.— Quedamos es el parking abandonado, y se llama SAE. La policía y otras personas no saben el nombre del sítio, ¿Quién se tomaría el tiempo de buscar el nombre de un lugar dónde todo son ruinas? Así que esto para todos, es perfecto...

— Hyung, eres tan sabio.— Rompió el silencio que hizo desde que sus dos invitados llegaron, que escuchó la conversación y respondió con una sonrísa, amplia.

— ¿Como eres tan ángel ahora mismo? Cuando clavas cuchillos pareces el mismo diablo.— Jimin preguntó bajándose de las piernas de su Jefe, para sentarse esta vez en las de su mejor amigo.

— ¿Cómo qué tú eres el más listo de la clase si solo eres un idiota?

— ¿Podéis parar de pelearos al menos por una vez?— el jefe del grupo habló, a la par que les pegaba dos collejas en la nuca.

— Dejaos de tonterías y escucharme, este es el plan. Necesito que te hagas amigo del pequeño Kim.— nuevamente habló, antes de echarse hacia atrás para quedar casi tumbado en el sofá.

— Se llama Taehyung.— Le cortó Jimin.

— Pff... Hazte amigo de él y después mátalo.— Sonrió el jefe.

— ¿Y no puedo hacerlo directamente, sin la necesidad de hacernos amigos?— Preguntó, soberbio.

— No, pues mientras seais amigos, le sacarás toda la información posible sobre Yakai .

— ¿Yakai?— Preguntó Jimin, con el ceño fruncido. Apoyó la cabeza sobre el hombro del menor, dejándose absorber por su aroma.

— Es el nombre en donde trabaja padre del niño ese.— Habló, con una expresión compleja en su rostro, con la mirada ida.— Taehyung.

— Está bien.

— Y que no se te olvide Jungkook, no es tu amigo. Es tu víctima. Además, mañana tendrás que matar a Sehun, irá con la intención de firmar un contrato para usar unos barcos pesqueros, traficar con opio y todo eso, no quiero más pérdidas en mi compañía.

— Como diga.

— No uses la formalidad conmigo, es tarde así que Jimin hora de irnos.— Se levantó de la silla y le entregó un sobre, de un color vino claro.— Ahí están tus créditos y las instrucciones de mañana.