Capítulo 3 - La Panadería.

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13 de julio de 2014.

Hoy mi padre no trabajaba, asi que dormí hasta las once. Al bajar las escaleras, las bajé cantando Video Games de Lana del Rey.

- It's you, it's you, it's aaaaaall for you. -canturreaba mientras caminaba con pasos lentos peros largos hasta el comedor.

Me asustaba a mi misma. ¿Cantando? ¿YO? Mientras desayunaba con mi padre, supuse que era por la mezcla de sensaciones que había tenido.

Había expermientado algo de odio por parte de Travis. Había llorado a mares gracias a mi último libro y por último me encontré con aquel chico misterioso... Pero familiar.

Todo era muy extraño pero me emocionaba bastante.

- Vamos a dar una vuelta, ¿te parece?

Yo asentí emocionada y fui rápido a mi cuarto, dudando por que ponerme. Rápidamente escogí una camisa de manga corta con estampados de palmeras y unos vaqueros largos con unas Vans.

Entré al baño, lavé mis dientes y la cara. Miré al espejo y sonreí. Hoy me sentía bien, bueno no, genial. Así que iba a disfrutarlo. Dejé mi pelo liso caer por debajo de mis hombros. Volví al salón.

- Yo ya estoy. ¿Nos vamos?

- Sal a llamar a Lía al jardín trasero y ya nos vamos.

Los dos sonreímos. Su sonrisa era cerrada, mas cariñosa. Más íntima. La mía era amplia gracias a mis gruesos labios. Y siempre que sonreía se mostraban mis hoyuelos.

Corrí hasta el jardín y giré la cabeza en busca de Lía.

- ¡Líaaaaaaaaaaaa! - en seguida vino. Pensé y cogi un pañuelo cortó que anude a su cuello. Volvimos a donde se encontraba mi padre.

- ¿Listas? - dijo con su áspera voz.

Yo asentí la cabeza poniendome recta y haciendo el gesto que hacen los militares para saludar a sus superiores. Aguanté la risa, pero no por mucho tiempo.

- Mmm... Iremos a la panadería. - dijo él mientras saliamos de la casa.

- ¡Sííí! Ayer olía super bien por allí -sonreí y mis hoyuelos se formaron como siempre.

Tras hablar con varias personas que se pararon a nuestro encuentro entramos a la panadería. Yo me senté en una silla en frente de una mesa ya que tomaríamos algo allí.

- Perdone... No se permiten perros. Hace poco tuvimos un accidente con los bollos de crema. - dijo la señora medio riendo. Su pelo era rubio y rizado, tenía una bella sonrisa y sus ojos... Sus ojos eran como los de aquel chico... Los que me resultaban muy familiar.

- Oh, no se preocupe por Lía, -acaricié su cabeza- la tengo bien controlada, se lo juro. - dije riendo.

- Doy fe. -dijo mi padre mientras se acercaba a ella.

- Bueno, entonces confiaré en vosotros. -Dijo riendo- ¿Ella es tu hija? - Mi padre asintió, con orgullo. Y no pude reprimir una sonrisa.- Ay pero que mayor te has echo, Rose - ella se acercó a mí y yo me levanté ya que me dio un abrazo y dos besos. Sentía algo de angustia ya que no sabía quien era.

- Venías de pequeña, no creo que te acuerdes. -dijo sonriendo, y algo en mi se calmo.

- ¡Mira Josh! ¡Mira quien ha venido! -dijo alto. Supuse que aquel Josh era su hijo.

Josh apareció por la puerta. Josh. Josh. Josh. Juro que ese nombre se me ha quedado grabado en la frente y en la cabeza y en todos los sitios. Josh es el chico misterioso. Josh, con su pelo rubio y suave, con sus ojos oscuros y penetrantes. Su nariz es ideal, ni muy pequeña ni muy grande. Sus labios eran carnosos y daban ganas de tocarlos. Estaba un poco pálido, supongo que por el trabajo.

El Diario De Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora