Minseok decide ir de vacaciones a China a cumplir su sueño de vivir una aventura. Esa aventura llega en conjunto a un guapo chino que le habla en coreano, se enamoran perdidamente mientras deciden comenzar a vivir la vida de la mejor manera, viajand...
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II
Ser soñador tenía sus ventajas, especialmente cuando luego de tener miedo a todo decides comprar el pasaje al lugar donde sueñas conocer sabiendo en el miedo que significaba viajar solo.
Era la primera y única vez que Minseok había viajado solo. Y a pesar de que nada salió como había planeado desde el primer momento. No cambiaría nada de aquel viaje, no cambiaría su mala opción a la hora de escoger ropa. No cambiaría las reservaciones en Airbnb que perdió, mucho menos en la cantidad de bloqueador solar que nunca ocupó.
Porque a pesar de que perdió todo aquello, había ganado algo mucho más importante y más preciado que algo material.
Había ganado al amor de su vida.
Minseok aún recuerda aquella escena en su cabeza demasiado perfecta para su gusto.
Aún puede recordar el aroma a pasto con el rocío de la mañana. La sensación de humedad en el cuerpo y cómo el señor que hacía algodón de azúcar había logrado penetrar el aroma por todo el parque.
Puede recordar el sabor a café de su boca porque recién lo había terminado, o las música anticuada que se escuchaba a través de los parlantes donde un grupo de ancianos bailaba. Puede recordar claramente el rojo de las flores en el parque y cómo el tiempo parecía que se había ralentizado. Siempre había soñado con conocer al amor de su vida mientras tomaba un café o compraba libros. Nunca pensó que sería en un golpe fuerte y seco que terminó en un rasmillón en su rodilla mientras su mochila yacía en el otro lado del parque. Pocos metros de él, estaba el causante del accidente que corrió a ayudarlo.
– Nǐ méishì ba?. (¿Estás bien?)
Intentó no inspeccionar al hombre guapo frente a él, mientras Minseok recordaba el poco de chino que había estudiado en la universidad para responder rápidamente
– Wǒ bù dǒng zhōngwén, wǒ shì hánguó rén. (No sé chino, soy coreano.)
– Oh... perdonadme – Volvió a hablar él hombre quién abrió más sus ojos al ver la sangre que comenzaba a brotar de pantalón roto dejando al descubierto su herida.
Minseok no podía dejar de pensar en las rara situación de encontrar no solo a un chino que hable coreano, sino que lo hablara con tanta fluidez.
– ¿Te duele mucho? – La mirada de preocupación lo despertó de su ensueño.
– No mucho, pero creo que debería limpiar la herida – Un pequeño puchero se le escapó mientras pensaba que había roto su pantalón favorito.
– Vivo cerca, ¡No te haré nada! Allí te puedo curar – La sonrisa bonita hizo que Minseok olvidara del no aceptes invitaciones de extraños, y simplemente asintió respondiendo a todo lo que el hombre preguntaba.
Llevaba solo tres días en China y se sentía como en casa.
II
Dicen que la primera impresión nunca se olvida, pero Minseok luego de recibir una gasa en su pantalón junto a un té verde no quería dejar de ver al muchacho que parecía salido de un comercial de cosméticos. Su piel era perfecta y su cabello caía con gracia y movilidad como si hubiese pasado bajo el calor de un secador de pelo por un experto.
Tres días después, un par de citas de café en las tardes y una cena a la luz de las velas Minseok se sentía flotar en el mundo. No se sorprendió al sentir la mano callosa del otro en su pierna, mucho menos cuando ambos comenzaron a susurrar sobre los mejores jugadores de la selección del país contrario.
Minseok no podía dejar de mirar cada detalle de los labios de Luhan mientras se acercaban lentamente. Podía ver claramente la pequeña cicatriz que tenía en el labio inferior y como su cálido aliento se comenzaba a mezclar con el suyo.
Con los ojos cerrados y las manos en su cabello lo besó profundo y sincero. Sintiendo como cada centímetro de su cuerpo se movía de manera desenfrenada. Podía sentir un cosquilleo en todo su cuerpo y la forma en que el cuerpo pétreo del otro chocaban con el suyo. Y a pesar de que Minseok moría por seguir besando esos labios con sabor a champaña se detuvo sabiendo que no quería llegar a mayores. No era necesario.
Especialmente cuando se miraron a los ojos y sonrieron a la par.
Ahí fue el momento en que Minseok se dio cuenta que se estaba enamorado.
II
Espero que les guste el primer capítulo de esta historia. Creo que lo dije en el otro capítulo, pero las actualizaciones serán los días sábados. Nos leemos!!
